La directora ejecutiva de Catholic Legal Immigration Network Inc. (o CLINIC) dijo que espera que la administración de Joe Biden utilice el próximo viaje de la vicepresidenta de Estados Unidos a México y Guatemala como una oportunidad para corregir fallos históricos en la región.
Anna Gallagher hizo estas declaraciones a Catholic News Service días antes de que la vicepresidenta Kamala Harris se preparara para su viaje diplomático del 7 y 8 de junio, que se espera que marque la pauta para la política de inmigración de Estados Unidos hacia Centroamérica.
"Durante décadas, Estados Unidos ha apoyado a presidentes y regímenes corruptos en las Américas y la cuenca del Caribe, incluyendo El Salvador, Guatemala y Honduras", sostuvo Gallagher.
"Estos gobiernos han oprimido a su propio pueblo, han fallado sistemáticamente en apoyar el Estado de Derecho y reconocer los derechos humanos de sus propios ciudadanos e incluso han cometido genocidios", agregó la directora de CLINIC.
Gallagher tenía previsto reunirse con un grupo de líderes de organizaciones católicas, funcionarios del Vaticano, y prelados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, así como de México y Centroamérica, el 1 y 2 de junio en Chicago para una reunión sin precedentes sobre inmigración.
Tanto en una llamada telefónica del 30 de mayo, como en un correo electrónico del 31 de mayo con CNS, ella expresó que esas acciones, durante décadas, afectaron adversa y desproporcionadamente a los pobres de la región, lo que resultó en los problemas migratorios actuales y el desplazamiento masivo en el continente.
Ahora depende de Estados Unidos dar la bienvenida a algunos de los que han sido desplazados debido a estas condiciones creadas, señaló. Después de todo, la comunidad empresarial internacional se benefició del apoyo y las políticas del gobierno de Estados Unidos que dieron paso a "corrupción y violencia masivas apoyadas por el estado en estos países".
"Miles y miles de hombres, mujeres, y niños de El Salvador, Guatemala, y Honduras están huyendo del peligro y de la miseria y privación económica", expuso Gallagher. "La situación en sus países se ha vuelto insoportable y tienen reclamos legítimos y firmes de asilo en Estados Unidos. Según nuestras leyes, tienen derecho a entrar a Estados Unidos y pedir protección".
Además de Gallagher, en la reunión de Chicago participarían representantes de la Sección de Migrantes y Refugiados del Vaticano, así como los cardenales estadounidenses Blase J. Cupich de Chicago y Joseph W. Tobin de Newark, Nueva Jersey. También iban a estar presentes, entre otros, Mons. Mark J. Seitz, obispo de El Paso, Texas, y Mons. Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington.
Se esperaba también que el arzobispo de Los Ángeles, Mons. José H. Gómez, presidente de la USCCB, intervenga en la reunión.
El encuentro también contará con la esperada participación de obispos del llamado "Triángulo Norte", de donde provienen muchos migrantes a Estados Unidos. Entre ellos se encuentran el cardenal Álvaro Ramazzini de Huehuetenango, Guatemala; el obispo Guido Charbonneau de Choluteca, Honduras; el arzobispo salvadoreño José Luis Escobar Alas de San Salvador y el obispo Oswaldo Escobar de Chalatenango; así como el arzobispo mexicano Gustavo Rodríguez Vega de Yucatán y el obispo auxiliar Alfonso Miranda Guardiola de Monterrey.
La región del Triángulo Norte, así como México, ha sido un punto focal para Estados Unidos, que durante mucho tiempo ha tratado de disuadir el movimiento de migrantes. Durante su administración, el presidente Donald Trump intentó brindar incentivos económicos y crear obstáculos para detener su movimiento.
La administración de Biden está abordando el reto centrándose en combatir los "problemas de base", en aumentar los empleos en la región, y en reprimir la violencia y la corrupción como una forma de mejorar las condiciones para que los ciudadanos de esos países no vean la necesidad de salir de casa.
Sin embargo, los altos niveles de corrupción han seguido siendo una parte principal de América Central y, aunque Estados Unidos está trabajando para establecer una mayor transparencia, esta es una tarea difícil de conseguir ya que la región está experimentando una ola de líderes autoritarios.
Sin embargo, de la forma en que Gallagher -- hija de inmigrantes irlandeses en Estados Unidos -- lo ve, Estados Unidos debería "rechazar las prácticas de disuasión" y, en cambio, eliminar los obstáculos para las personas que luchan por encontrar una manera de reunirse con su familia, que huyen de la violencia, o que simplemente tratan de tener un mejor futuro económico.
Una cuestión urgente de la cual se ha hablado antes de la reunión en Chicago es la política conocida como Título 42, que la administración de Trump usó durante la pandemia de COVID-19 para instruir a los agentes de la Patrulla Fronteriza que expulsaran a cualquier persona sorprendida tratando de ingresar a Estados Unidos en lugar de procesarla según la ley de inmigración existente.
Esta previsión ha permanecido vigente bajo la administración de Biden, manteniendo a los migrantes en condiciones peligrosas en pueblos de México, a lo largo de una frontera repleta de delincuencia.
Gallagher dijo que la administración debería eliminar el Título 42.
"Debemos trabajar con México para crear condiciones seguras y dignas a lo largo de la frontera (para) estos hombres, mujeres, y niños vulnerables mientras esperan ser procesados en Estados Unidos como solicitantes de asilo. El procesamiento debe realizarse rápidamente para evitar más traumas," dijo Gallagher.
"Necesitamos un sistema en el que nuestros puertos estén en pleno funcionamiento y abiertos para aceptar a cualquiera que busque protección de forma segura y humana", acotó. "Debemos rechazar las prácticas de disuasión, detención, y las técnicas de ‘calendario acelerado’ que se han utilizado en el pasado. Debemos ofrecer vacunas a todos los que ingresen, para nuestra protección y la de ellos".
Los solicitantes de asilo también pueden recibir información sobre los servicios legales de inmigración en sus ciudades de destino y en agencias gubernamentales y municipales. Adicionalmente, las organizaciones sin fines de lucro pueden trabajar juntas para brindar esa información, y así darles la bienvenida a sus destinos, dijo.
"El acceso a representación legal es vital. Estudios confirman que la representación legal trabaja para asegurar la participación y el cumplimiento de los solicitantes de asilo en sus casos judiciales de inmigración. Los sectores público y privado deben unirse para proporcionar fondos para apoyar este esfuerzo", dijo.
Las organizaciones católicas como CLINIC pueden ayudar en tal esfuerzo a nivel nacional, agregó.
Según Gallagher, "CLINIC tiene cerca de 400 afiliados en Estados Unidos, que brindan representación legal de inmigración a miles de hombres, mujeres, y niños de bajos recursos".
"Hemos estado haciendo este trabajo durante más de 30 años y tenemos la profundidad y la amplitud del conocimiento y la experiencia trabajando con estas comunidades, lo cual es particularmente relevante ahora", expresó.
"Nuestra fe católica", agregó, "nos impulsa y nuestra experiencia práctica en el terreno ha cambiado y transformado muchas vidas, incluso para aquellos que sirven a las comunidades. Nuestro trabajo salva y cambia vidas".
CLINIC ha organizado y defendido el trato humano y justo de los solicitantes de asilo en el pasado, continuó diciendo, y ha "jugado un papel importante en el servicio directo a los refugiados, organizando coaliciones y defendiendo condiciones humanas y dignas, incluyendo el acceso al asilo".
Ella dijo que se da cuenta, sin embargo, que hay católicos que asisten a misa que pueden no compartir esa visión, pero pide que consideren la enseñanza de la iglesia.
"Hay lugar en la mesa y todos nos pertenecemos como enseña Jesús. Como católicos, nuestra fe nos guía. Se nos dice que demos la bienvenida al extranjero", dijo. "A medida que envejecemos, deberíamos mirar cada vez más a los hombres, mujeres, y niños que conocemos como si fueran nuestros.
"Tan pronto como pueda mirar a través de una lente centrada en mi fe, mi puerta se abre y mi corazón está listo para aceptar. Debemos hacer esto como católicos, como personas de fe".