CIUDAD DE MÉXICO -- Una diócesis mexicana condenó el asesinato de un periodista en el estado de Veracruz y dijo que el crimen amenaza la libertad de expresión.

El periodista radial Jacinto Romero Flores fue asesinado a tiros el 19 de agosto en la ciudad de Ixtaczoquitlán, a unas 165 millas al sureste de la Ciudad de México. Romero cubría noticias de crimen y política, según informes de los medios, y había sido amenazado por su trabajo.

"La Diócesis de Orizaba lamenta el asesinato, ocurrido hoy, de otro periodista en nuestra región, el periodista y locutor Jacinto Romero Flores. Su muerte se suma a la de otros periodistas asesinados en nuestro estado, uno de los más peligrosos para el ejercicio de esta profesión", dijo la diócesis en una declaración del 19 de agosto firmada por su portavoz, el padre Helkyn Enriquez Báez.

"Su muerte es la manera más violenta de vulnerar el derecho a la libertad de expresión, porque la sociedad queda privada de esa comunicación", dijo el padre Alfredo Mazahua el 21 de agosto en la misa del funeral de Romero, según medios locales. "Privarlo de la vida, afecta a toda la población y los afectados directos son la familia, hago un llamado a reflexionar para saber de los valores".

Romero fue el quinto periodista asesinado en México este año. Recibió múltiples amenazas por sus reportajes, según The Associated Press.

El estado de Veracruz ha sido un cementerio de periodistas durante los últimos 12 años, producto de la unión del crimen organizado y la corrupción. Los delitos cometidos contra los medios de comunicación casi siempre quedan impunes.

"Los ataques a periodistas en México continúan, porque casi nadie paga un precio por hacerlo", dijo Jan-Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas.

"Periodistas como Jacinto Romero tienen que trabajar en circunstancias extremadamente difíciles. Ganan muy poco dinero, tienen que lidiar con amenazas de todos lados y gozan de muy poca protección", dijo Hootsen.