Los sacerdotes que trabajan en las villas, asentamientos y barrios populares que rodean a Buenos Aires han protestado los recortes presupuestales para programas en comunidades pobres, calificándolos de "un retroceso" en medio de la crisis económica en Argentina.

La denuncia se produjo tras la decisión adoptada el 26 de febrero por el gobierno del presidente libertario argentino Javier Milei de reorientar los fondos de un impuesto que financia proyectos socio-urbanos en villas y barrios populares y comunidades pobres hacia otros proyectos de infraestructuras.

"La intervención del Estado en más de 5.000 barrios populares de todo el país no puede decaer", afirmaron los sacerdotes de la Pastoral en las Villas, conocidos como los "curas villeros", en un comunicado el 26 de febrero.

"Bajar el presupuesto de la FISU (Fondo de Integración Socio-Urbana) sería volver para atrás. No podemos tolerar semejante retroceso que genera mayor exclusión y, por lo tanto, inseguridad y desintegración social", dijeron.

El vocero del gobierno, Manuel Adorni, dijo a la prensa el 26 de febrero que la medida era para "transparentar al Estado cuando se habla de fondos que deben estar destinados a las personas más vulnerables de la sociedad", según el medio de noticias Télam.

El anuncio se produce tras el descontento de los católicos que trabajan con los más necesitados por la revisión del proceso gubernamental para suministrar provisiones a los comedores de beneficencia. El gobierno de Milei ha declarado que quiere eliminar intermediarios en la prestación de servicios sociales.

Los recortes también se producen mientras Milei aplica medidas de austeridad en Argentina tras asumir el poder en diciembre en medio de una grave crisis económica. En su campaña electoral, Milei dijo que recortaría lo que consideraba un gasto despilfarrador y frenaría la corrupción, al tiempo que prometía no perjudicar a los pobres.

Sus dos primeros meses han resultado económicamente dolorosos -- como predijo --, con una tasa de inflación anual que se aceleró hasta el 254,4% en febrero. La pobreza alcanzó el 57,4% en enero, su nivel más alto en 20 años, según el Observatorio de la Deuda Social de la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Cáritas Argentina gestiona unos 1.800 comedores de beneficencia a lo largo y ancho de Argentina, según el obispo auxiliar de Buenos Aires Gustavo Carrara que trabaja con los curas villeros.

"La demanda va creciendo", dijo a Radio Con Vos el 26 de febrero. "Mi deseo es que se corrija esta equivocación, estamos a tiempo porque no, puede generar una catástrofe".

Se calcula que 5 millones de argentinos viven en barrios pobres y en asentamientos conocidos como Villas Miseria -- estas últimas a menudo fundadas por okupas y emigrantes de los vecinos Paraguay y Bolivia --, según el obispo Carrera.

Los curas villeros, cuya labor fue promovida por el entonces cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, abogan desde hace tiempo por el aumento de los servicios estatales en las Villas Miseria, mientras que los políticos querían que desaparecieran.