CIUDAD DE MÉXICO -- El arzobispo peruano Héctor Miguel Cabrejos Vidarte pidió una "segunda recepción" del Concilio Vaticano II mientras prelados, religiosas, y laicos participan en la Sexta Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.
El arzobispo Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (o CELAM), también instó a los participantes "revivir Aparecida", una referencia a la última asamblea de obispos latinoamericanos en Aparecida, Brasil, en 2007. Aquella conferencia produjo un documento -- editado por el arzobispo argentino Jorge Mario Bergoglio, ahora papa Francisco -- exhortando a los católicos enfocarse en la evangelización e ir a las periferias en una región ya considerada abrumadoramente católica. Es un documento considerado clave para comprender el magisterio del papa Francisco.
El arzobispo Cabrejos también hizo referencia a la asamblea de 1968 en Medellín, Colombia, que él describió como la "recepción creativa" del Concilio Vaticano II. El documento de esa conferencia instó a participantes a una "preferencia efectiva por los sectores más necesitados y pobres".
La asamblea eclesial del 21 al 28 de noviembre reúne aproximadamente a 100 participantes, un número reducido debido a la pandemia del COVID-19. Adicionalmente, más de 900 participantes de toda América Latina y el Caribe contribuirán virtualmente.
A diferencia de conferencias de obispos latinoamericanos pasadas, esta asamblea eclesial incluye la participación de sacerdotes, religiosas, y católicos laicos. También se produce después de haberse realizado una consulta de gran alcance.
En una entrevista previa a la asamblea, el arzobispo Cabrejos dijo a Catholic News Service: "Unas 70,000 personas individuales y grupales que hablan sobre los deseos, anhelos, pedidos de la iglesia. ¿Para qué? Como acabo de decir, para abrir nuevos caminos, nuevas formas de educar en la fe pastoral, nuevas formas de evangelizar, nuevas formas de estar en la sociedad y en el mundo de hoy".
Durante su homilía del 21 de noviembre en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el arzobispo describió el proceso como dar un "paso de una asamblea donde participaban sólo Obispos, a una Asamblea plenamente Eclesial, como expresión del ejercicio del sensus fidelium, una especie de instinto espiritual que permite al creyente juzgar espontáneamente si una determinada enseñanza o práctica está o no en conformidad con el Evangelio y con la fe".
El arzobispo añadió: "inaugura un nuevo organismo sinodal en el ámbito continental".
En un mensaje del 21 de noviembre, el Santo Padre llamó a la presencia de los participantes de la asamblea "una nueva expresión del rostro latinoamericano y caribeño de nuestra iglesia".
Esta asamblea eclesial se lleva a cabo durante un momento difícil para América Latina y el Caribe. Los documentos preparatorios para dicha asamblea hablan de como la iglesia está enfrentando problemas sociales como el aumento de la pobreza y la creciente desigualdad, productos de la pandemia de COVID-19, que afectó especialmente a América Latina. Otros temas que los documentos exigen que la iglesia aborde incluyen la violencia crónica, la migración en toda la región, el declive regional de la democracia, la reconciliación con las poblaciones indígenas, y el cuidado del medio ambiente.
"Queremos, en unidad, en diversidad, responder y acompañar a todo el pueblo de Dios en una hora profundamente compleja y difícil, en una época de pandemia, donde los más vulnerables, los favoritos de Cristo, siguen siendo los más afectados", expresó el arzobispo Cabrejos en su homilía.
Los documentos de la asamblea hablan de desafíos dentro de la iglesia misma y sus deficiencias. Los casos de abuso sexual por parte de clérigos se han manejado de una manera completamente errónea, lo que ha damnificado la credibilidad de la iglesia y ha llevado a algunos a abandonar la fe por completo. Las poblaciones católicas continúan disminuyendo en América Latina, muchas personas se unen a congregaciones evangélicas, y un número significativo se identifica como no religioso.
El CELAM ha elegido el tema "Una iglesia que sale a las periferias" para su asamblea. Los participantes dicen que este tema extiende el llamado a la evangelización realizado en Aparecida.
"¿Hasta qué punto consolidamos las opciones presentadas en el magisterio del papa Francisco, una iglesia que sale, una iglesia que es un hospital de campaña, una iglesia de servicio?" explicó el padre jesuita Mauricio García Durán, director ejecutivo del Servicio Jesuita a Refugiados Colombia. "De alguna manera, creo que esto es lo que de alguna manera está en juego", en la asamblea.
En su mensaje a la asamblea, el papa Francisco ofreció a los participantes dos palabras: escuchar y desbordar.
"Les pido que traten de escucharse unos a otros y escuchar los gritos de nuestros hermanos y hermanas más pobres y olvidados", indicó el Sumo Pontífice.
"El discernimiento comunitario requiere mucha oración y diálogo para poder encontrar juntos la voluntad de Dios y también requiere encontrar caminos para superar y evitar que las diferencias se conviertan en divisiones y polarizaciones", continuó.
"En este proceso, le pido al Señor que nuestra asamblea sea una expresión del 'desbordamiento' del amor creador de su Espíritu, que nos empuje a salir sin miedo a encontrarnos con todos los demás, y que anime a la iglesia tanto que, mediante un proceso de conversión pastoral, sea cada vez más evangelizadora y misionera".