ROMA - Mientras los talibanes recuperan el poder en Afganistán, la pregunta que se hacen muchos católicos es cómo ayudar. Sin embargo, la situación sigue siendo tan complicada que ni Caritas Internationalis, la mayor red de organizaciones caritativas católicas, sabe cómo responder.

El martes, dos días después de que los talibanes tomaran Kabul y asumieran oficialmente el gobierno de este país, el director de esta organización caritativa que depende del papa dijo que lo único que pueden hacer de momento es "esperar y ver"

Una de las grandes incógnitas es ver si, de hecho, los talibanes le permiten a Cáritas, a través de ONG locales, puede ayudar.

"Nos dirigimos a un empeoramiento de la crisis humanitaria, en la que no sé si se permitirá trabajar libremente a los trabajadores humanitarios, especialmente a las mujeres", dijo Aloysius John.

"El trabajo de la caridad siempre puede ser un medio para el diálogo, y así tenemos que verlo", añadió. "Estamos esperando a ver qué podemos hacer, pero tenemos cierta experiencia en esto y seguiremos haciendo todo lo posible para llevar apoyo a la gente".

¿Cómo describiría la situación de Afganistán en estos momentos?

La situación actual de Afganistán es algo que pudimos prever hace mucho tiempo, cuando Estados Unidos decidió retirar sus tropas. Hoy en día, el pueblo afgano se ha quedado solo, a su suerte, y hay una enorme crisis con dos aristas: Por un lado, hay una crisis política y, por otro, una crisis humanitaria.

Nos dirigimos a un empeoramiento de la crisis humanitaria, en la que no sé si se permitirá trabajar libremente a los trabajadores humanitarios, especialmente a las mujeres.

Nuestra principal preocupación hoy es ver qué podemos hacer por la gente que se desplaza, qué podemos hacer desde el punto de vista humanitario, ya que la crisis sigue empeorando.

La gente hoy deja sus hogares en gran número, por lo que habrá un aumento importante de desplazados y será muy difícil controlarlo. También tenemos que ver qué se puede hacer para garantizar que la gente tenga acceso a los servicios básicos.

Se estima que el 99% de la población es musulmana. ¿Por qué Cáritas, una ONG católica, está preocupada por la crisis humanitaria en este país?

Uno de los principios fundamentales de la fundación de Caritas Internationalis es ayudar a las personas, independientemente de su casta, religión o credo. Cáritas lo pone en práctica, porque cuando se trata del sufrimiento humano, no hay cristianos, musulmanes o hindúes, hay una persona humana. Y el Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, ha dejado muy claro que estamos llamados a responder a cualquier comunidad humana que sufra.

Si se mira esto desde la perspectiva del buen samaritano, él no hizo preguntas. Se vio impulsado a actuar por la condición del pobre hombre que estaba al lado del camino. Hoy, viendo los sufrimientos del pueblo afgano, lo que nos mueve a la acción es el sufrimiento humano, su dignidad, y trataremos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudarles a "mantener la cabeza fuera del agua".

¿Hay algo que Caritas pueda hacer hoy por Afganistán?

Cáritas ha actuado de diferentes maneras en Afganistán, y hoy creo que será necesario que las organizaciones miembros de Cáritas se reúnan y tracen nuestro plan de acción. Vamos a celebrar reuniones de crisis para ver qué hay que hacer en este contexto, en el que podamos ponernos de acuerdo para prestar apoyo a la población. Por ahora, estamos esperando a ver cómo evoluciona la situación y cuál es la mejor manera de ayudar.

Hay ONG locales sobre el terreno, y lo que podamos hacer depende en gran medida de que estas ONG puedan seguir trabajando. Las Naciones Unidas han pedido a las ONG que se queden allí, y veremos qué podemos hacer para colaborar con la red de ONG y con la ONU. Veremos qué protección se dará a las ONG, exploraremos el espacio de diálogo con los talibanes y veremos cómo podemos ayudar a los afganos.

Tenemos que tener cuidado de que la caridad no se malinterprete ni se convierta en una fuente de complicaciones e incluso de disputas.

Las reuniones de crisis se celebrarán para asegurarnos de que encontramos la mejor manera de ser de ayuda.

Más allá del hecho de que los talibanes están recuperando el poder en Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses, hace tiempo que son poderosos en otros países donde Cáritas ayuda, como Pakistán. ¿Tiene esperanzas, a partir de la experiencia, de poder trabajar con las ONG locales?

Creo que el sufrimiento humano debe llevarnos a tener clara nuestra solidaridad. Si están en el poder, tenemos que dialogar con ellos, es necesario, y teniendo en cuenta el sufrimiento humano, tenemos que ver cómo las ONG locales dialogan con el nuevo gobierno, para tener una idea honesta y clara de lo que se puede hacer para llevar a cabo el imperativo humanitario.

Para mí es prematuro decir hasta qué punto podremos trabajar o no. Pero hay algunos casos, por ejemplo, en Irán, en los que hemos podido trabajar con las diferentes comunidades, poniendo el sufrimiento humano en primer plano, y convirtiendo el trabajo caritativo en un medio para el diálogo. En Pakistán, Cáritas Pakistán está en constante diálogo con diferentes líderes musulmanes a nivel local y con el gobierno a nivel nacional para llevar a cabo su misión. El trabajo de caridad siempre puede ser un medio para el diálogo, y así es como tenemos que verlo.

Estamos a la espera de ver qué podemos hacer, pero tenemos cierta experiencia en esto y seguiremos haciendo todo lo posible para llevar apoyo a la gente.

¿Cree que los esfuerzos del Papa Francisco en materia de diálogo interreligioso pueden ser especialmente útiles en esta situación?

Los gestos y las palabras del Papa Francisco son proféticos: pone en primer plano la dignidad humana utilizando la parábola del buen samaritano. En ella, hay una clara llamada a la acción, por compasión y comprensión del sufrimiento humano.

El reto que tiene que afrontar Cáritas hoy es ver cómo podemos dialogar y abordar con compasión el imperativo humanitario. Cáritas continuará el diálogo sobre la base de nuestra llamada a responder con compasión al sufrimiento de los más vulnerables.

No estamos respondiendo a un musulmán, a un hindú o a un cristiano, estamos respondiendo a una persona humana que sufre. Y aquí es donde tenemos que aportar nuestro valor de amor universal e incondicional por los más pobres y los que sufren.

No porque sean cristianos o talibanes, sino porque son personas humanas. Espero que esto sirva de base para la unidad en el diálogo. Ahora, más que nunca, tenemos que poner en práctica los valores de Fratelli Tutti: ¿cómo entramos en diálogo, incluso con aquellos que creemos que no podemos? ¿Cómo transformamos nuestros esfuerzos caritativos en un espacio de diálogo?

Publicado originalmente en Crux. Traducido y adaptado por su autora. Sigue a Inés San Martín en Twitter: @inesanma