Cáritas Chile se ha movilizado para ayudar a las víctimas de los feroces incendios forestales, que han cobrado al menos 131 vidas, han destruido más de 15.000 viviendas y han arrasado comunidades enteras. Los equipos de Cáritas han distribuido artículos de primera necesidad, como agua, baterías y alimentos, a las comunidades afectadas, al tiempo que han donado un refrigerador para medicamentos, como la insulina.

"Necesitamos el aporte de todos por más pequeño que sea", dijo Lorenzo Figueroa, director de Cáritas Chile, en un comunicado. "Cada aporte es fundamental. Es una tragedia mayor que requiere de un esfuerzo compartido para salir juntos adelante ante tanto sufrimiento y dolor. Se requiere el aporte de todos", añadió, explicando que las filiales de Cáritas ubicadas a lo largo de Chile habían establecido centros de acopio.

Los líderes católicos chilenos han instado a la generosidad, al tiempo que han ofrecido oraciones y han acompañado a las poblaciones afectadas.

"La situación es realmente trágica. Es una catástrofe", dijo a la Agencia Fides el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí Garíb.

El arzobispo cifró en 150 el número de los fallecidos, según informó la Agencia Fides el 6 de febrero, y añadió: "Hay muchos heridos y desaparecidos. Las personas afectadas lo han perdido casi todo, muchas casas, edificios enteros y varias escuelas han quedado destruidas".

Durante su Ángelus dominical del 4 de febrero, el Papa Francisco ofreció oraciones "por los fallecidos y los heridos víctimas de los devastadores incendios que han afectado el centro de Chile".

El obispo Jorge Vega Velasco, obispo de Valparaíso -- cuya diócesis en el centro de Chile se ha visto especialmente afectada por los incendios -- encabezó una cadena de oración durante el fin de semana.

Según informó el 4 de febrero la ministra del Interior, Carolina Tohá Morales, más de 90 incendios se han declarado en todo Chile.

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David Agren escribe para OSV News desde Ciudad de México.