ROMA – Falleció este jueves el cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, 79, arzobispo emérito de Caracas, tras batallar durante un mes contra el COVID-19. Considerado por muchos como un “profeta” en contra del gobierno dictatorial de Nicolás Maduro, el Papa Francisco dijo en un telegrama que lo recuerda como un “abnegado pastor que, durante años y con fidelidad, entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia.”
Al anunciar la muerte del prelado, el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, pidió "a todos que recen por su eterno descanso mientras la iglesia en Venezuela y la iglesia universal están de luto."
El Cardenal Urosa fue hospitalizado el 27 de agosto tras ser diagnosticado con COVID-19 y casi de inmediato fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos. A principios de mes había mostrado una leve mejoría.
El día de su fallecimiento la Conferencia Episcopal Venezolana publicó una carta de despedida escrita por el prelado el 13 de septiembre, tras ser ingresado nuevamente a la Unidad de Cuidados Intensivos.
En la misiva escribió que estaba agradecido por su vocación y pedía perdón a "Dios y a todos mis hermanos por las faltas que haya podido cometer, especialmente por las de omisión."
"Nunca he querido perjudicar a nadie y siempre he tratado de actuar buscando la gloria de Dios y el bien de la Iglesia y de las almas y personas implicadas; espero que esto se tenga en cuenta", escribió.
También expresó su amor por el pueblo de Venezuela, pidió por la pronta libertad del país, reiteró su comunión con los obispos, llamándolos a la unidad, y expresó su fidelidad al pontificado de Francisco.
Respecto a su país, dijo insistió en su absoluta dedicación personal “a su libertad, a sus instituciones, a la defensa de los derechos del pueblo frente a los abusos cometidos por las autoridades nacionales".
"En ese sentido, siempre he actuado, no por odio, no por resentimiento, sino en defensa de la libertad, la justicia y los derechos del pueblo venezolano", escribió el cardenal Urosa. "Espero que Venezuela salga de esta situación negativa".
Urosa nació en Caracas el 28 de agosto de 1942. En 1967 fue ordenado sacerdote, y fue presidente de la Organización de Seminarios Latinoamericanos, como así también rector del Seminario de Caracas. En 1982 el papa Juan Pablo II lo nombra obispo auxiliar de Caracas. En 1990 se convierte en arzobispo de Valencia para luego en 2005 ocupar el puesto de arzobispo de Caracas. En 2006, el papa Benedicto XVI lo crea cardenal.
Fue un ferviente defensor de la causa democrática en la era del fallecido Hugo Chávez, y no le tembló la voz para denunciar los atropellos contra los derechos humanos cometidos por el gobierno de Maduro, a quien definió como dictador en más de una oportunidad.
El cardenal insistió en que su labor "siempre ha estado guiada por un inmenso amor patriótico" a todos los venezolanos "en consonancia con la Constitución nacional que establece derechos inalienables que no pueden ser violados por ningún gobierno."
También instó a sus compañeros obispos a "preservar nuestra unidad episcopal" y a no "dejarse llevar por vanas ilusiones" sino a buscar siempre "la gloria de Dios, la evangelización del pueblo, que es lo más importante."
"Lo que nos interesa por encima de todo es que el pueblo venezolano ame, tenga fe y sirva a Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida, el único en el que encontramos la salvación y el perdón de los pecados", dijo.
El fallecimiento del Cardenal Urosa deja al Colegio Cardenalicio con 218 miembros, 121 de los cuales tienen menos de 80 años y podrían votar en un cónclave, el proceso mediante el cual la Iglesia Católica elige al papa.