El cardenal Gregorio Rosa Chávez dijo que "hay que pedir que Dios libere el país de satanás" el 1 de febrero después de un acto de violencia tras una manifestación política el 31 de enero en la capital de San Salvador.
Dos personas murieron y varias resultaron heridas; algunos calificaron el incidente como el "hecho más grave de violencia política” en casi tres décadas desde que los acuerdos de paz pusieron fin a la guerra civil del país.
"El demonio anda suelto en El Salvador, hay muchos demonios sueltos", dijo el cardenal Rosa Chávez al final de su homilía en la iglesia de San Francisco en San Salvador. Comparó el Evangelio del día, sobre un hombre poseído por demonios, con el incidente letal que sucedió la noche anterior.
Aunque hay varias versiones de lo que sucedió, los informes de los principales periódicos de El Salvador dicen que miembros del partido izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, uno de los dos principales partidos políticos de El Salvador, estaban siendo transportados en un camión con los colores y otras insignias del partido. Se dirigían de regreso a la sede del partido después de un mitin. Las víctimas dijeron que un vehículo comenzó a acosar a los que iban en el camión y lo siguió a través del tráfico. En algún momento, se dice que el vehículo bloqueó el camino del camión; un hombre salió del vehículo y comenzó a disparar contra las personas que iban en el camión, que también se dice que transportaba niños.
El Salvador votará el 28 de febrero para las elecciones municipales y de la asamblea legislativa tras una de las campañas más polémicas de la historia reciente. El partido Nuevas Ideas, un partido político conservador relativamente nuevo, parece ir en rumbo a ganar el control de la asamblea legislativa, el equivalente al Congreso en los Estados Unidos. Muchos han culpado a su líder, el presidente Nayib Bukele, de contribuir a una atmósfera de discordia política que llevó al tiroteo.
Las autoridades salvadoreñas dijeron el 1 de febrero que capturaron a tres personas que podrían haber estado involucradas en el tiroteo. Bukele al principio pareció insinuar en Twitter que el FMLN había orquestado el ataque contra sus propios miembros. Pero unas horas más tarde, el fiscal general salvadoreño dijo que los detenidos eran parte de un equipo de seguridad con vinculos al Ministerio de Salud.
"Esto es grave, la contienda electoral no puede convertirse en un baño de sangre", tuiteó el fiscal general salvadoreño Raúl Melara, quien convocó una reunión con funcionarios de varios partidos políticos para pedir la paz. Uno de los principales periódicos nacionales, El Diario de Hoy, informó que no asistieron representantes de Nuevas Ideas.
El incidente tiene rasgos de pasado sangriento político de El Salvador, cuando un partido gobernaba y silenciaba al resto con violencia. Las fotos de la escena del crimen mostraban sangre en la cama del camión y zapatos que víctimas dejaron atrás mientras intentaban escapar.
El cardenal, en su llamado a la paz, hizo referencia a la lectura del Evangelio del día sobre la sanación del endemoniado de Gerasa y cómo Jesús lo curó, expulsando a los demonios, enviando los espíritus inmundos dentro de miles de cerdos que luego se ahogaron.
"Encomendemos a Dios esta mañana, un país que está, un país que está tan endemoniado", dijo el cardenal Rosa Chávez. "Así comienza la campaña política ... ¿Por qué no presentan las propuestas con sencillez, con respeto, con tolerancia? ¿Por qué recurren a la violencia, verbal, a las ofensas, los insultos, las amenazas? Que Dios nos ayude para que tengamos una campaña civilizada, como tendría ser".
La violencia fue ampliamente condenada por grupos dentro y fuera del país, entre ellos Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos. Brendan O'Brien, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en San Salvador, expresó condolencias a la familia de los asesinados. También dijo por Twitter que "cualquier violencia es inaceptable" y pidió justicia.
En Estados Unidos, Samantha Pineda, directora de programas del Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador, expresó su preocupación por la agitación política.
"Es desgarrador y aterrador ver un regreso a este tipo de violencia política abierta en El Salvador, que en gran parte terminó después de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, pero no es necesariamente una sorpresa", dijo Pineda en un comunicado el 1 de febrero. "Los movimientos sociales y las organizaciones de solidaridad internacional han venido advirtiendo que detrás del discurso de odio del presidente (Bukele) hay una estrategia maquiavélica para legitimar la represión violenta del Estado y la consolidación del poder".
Dijo que los comentarios hechos por el presidente Bukele el mes pasado, que calificaron los acuerdos de paz como una "farsa", revelaron sus intenciones "de destruir muchos de los logros más importantes de los acuerdos, como elecciones democráticas, libertades políticas y límites al rol de los militares en la sociedad".
Los asesinatos fueron parte de un fin de semana violento en el país. El 31 de enero, la organización sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras anunció que suspendería temporalmente sus operaciones en El Salvador después de un ataque armado a una de sus ambulancias por una pandilla. Algunos miembros del personal resultaron heridos.
O'Brien, de la Embajada de Estados Unidos, condenó el "ataque sin sentido" y dijo que a miembros de cuerpos de socorro nacionales e internacionales en El Salvador se le deben garantizar y respetar la integridad.
Médicos sin Fronteras dijo que si bien se suspendieron las actividades, no se cancelaron por completo "hasta que podamos investigar esto y quede claro que podemos llevar a cabo nuestras intervenciones de manera segura".