BUENOS AIRES -- La Iglesia católica argentina está experimentando grandes cambios, con un nuevo arzobispo para la capital Buenos Aires y tres cardenales designados. Los cambios han creado un nuevo panorama en la patria del Papa Francisco: un panorama diseñado en Roma.

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, de 55 años, asumió el cargo el 15 de julio, mientras que el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, jesuita de 64 años, se convertirá en cardenal durante el próximo consistorio del 30 de septiembre. Un sacerdote capuchino, el padre Luis Dri, también fue nombrado cardenal. A sus 96 años, el cardenal designado Dri, conocido como el confesor de Argentina, es el mayor de los 21 nuevos cardenales que ha designado el Papa Francisco el 9 de julio.

El último cardenal designado de Argentina, el arzobispo de La Plata Víctor Manuel Fernández, un teólogo de 61 años, no permanecerá en el país. Se despedirá de su arquidiócesis el 5 de agosto con una misa de acción de gracias antes de viajar al Vaticano para desempeñarse como el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

El arzobispo García Cuerva y los tres nuevos cardenales, son un reflejo de la visión del Papa Francisco para su país y el mundo al iniciar la segunda década de su papado, según los expertos.

"El papa está impulsando una reforma de la Iglesia que sea duradera, haciendo cambios en la dirección en que él piensa que la Iglesia debe ir", expresó a OSV News Marcela Mazzini, teóloga de la Pontificia Universidad Católica Argentina. "Nos está mostrando una dirección con personas alineadas con su pensamiento, con sus ideas sobre la Iglesia, una Iglesia de los pobres para los pobres".

El padre Máximo Jurcinovic, director de comunicaciones de la Conferencia Episcopal Argentina y párroco en una iglesia cercana de donde el padre García Cuerva comenzó su ministerio como sacerdote en el suburbio bonaerense de San Isidro, dijo a OSV News que los cambios son parte de "un momento de esperanza para la Iglesia argentina y el pueblo argentino, especialmente para los pobres".

El padre Jurcinovic dijo que el arzobispo García Cuerva representa la tendencia con "una presencia en la periferia, trabajando allí y no sólo pensando en ello. Es una forma de ser Iglesia".

El arzobispo García Cuerva fue ordenado en 1997; es licenciado en teología y tiene postgrado en historia de la Iglesia y derecho canónico. Pero su verdadera especialidad siempre han sido los pobres. Trabajó en un barrio marginal (villas miseria) cerca de Buenos Aires con otros "curas villeros" y, desde su ordenación, forma parte de la pastoral penitenciaria de la Iglesia. El nuevo arzobispo trabajó como sacerdote "villero" durante dos décadas, convirtiéndose no en un invitado, sino en parte de las comunidades pobres de los alrededores de la capital argentina, como San Isidro, El Talar, o La Cava.

El padre Jurcinovic dijo que el hecho de que el padre García Cuerva sea ahora el arzobispo García Cuerva no va a cambiar nada. En cambio, dijo, programas como la pastoral penitenciaria y el trabajo en las periferias definirán su nueva misión.

La homilía inaugural del nuevo arzobispo, el 15 de julio en la catedral metropolitana de Buenos Aires, hizo énfasis en la necesidad de que la Iglesia tenga un lugar en la mesa para los pobres. El arzobispo relacionó las Escrituras con referencias populares argentinas.

Después del Evangelio, el arzobispo recitó un verso de "La mesa", una canción del grupo folclórico argentino Hermanos Carabajal, que dice así: "Yo quisiera que en mi mesa nadie se sienta extranjero, que sea la mesa de todos, territorio del encuentro".

El cardenal designado Rossi es un cercano colaborador del Papa Francisco. Ambos son jesuitas y vivieron en la misma residencia de Buenos Aires durante casi una década.

Mazzini dijo que Rossi es una buena combinación de logros académicos y alcance pastoral. Creó la Fundación Manos Abiertas, que trabaja en barrios marginales en 10 ciudades argentinas, y ha desempeñado un papel importante en la red de hospicios a lo largo del país.

El cardenal designado Fernández, teólogo, "encarna muy profundamente el magisterio de Francisco", dijo el padre Jurcinovic, especialmente en sus visitas a las parroquias en la Arquidiócesis de La Plata o preparando "comidas para una olla común con las señoras de Cáritas".

Víctor Fernández "es un hombre que dialoga con el mundo. Puede moverse entre las más altas esperas y también está en la cocina con las señoras de Cáritas preparando el almuerzo para la olla común".

Los nombramientos del papa han sido recibidos con escepticismo y un cierto desprecio en Argentina y entre sectores conservadores de la Iglesia en todo el mundo.

El arzobispo García Cuerva ha sido calificado de "comunista" y criticado por sus supuestos vínculos políticos con el partido peronista gobernante, incluyendo la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En un video que se hizo viral el 2016 y que se hizo público por el periódico La Nación en junio, se ve al nuevo arzobispo realizando comentarios políticos y bíblicos.

El peronismo, también llamado justicialismo, es un movimiento político argentino basado en las ideas y el legado del presidente argentino Juan Domingo Perón (1895-1974). Rechaza tanto el capitalismo como el comunismo y para sus partidarios -- es popular entre los pobres de Argentina -- encarna los intereses de las masas y, en particular, de los círculos sociales más vulnerables.

El padre Jurcinovic rechazó las críticas al nuevo arzobispo de Buenos Aires, afirmando que la etiqueta de "comunista" se lanza cuando alguien elige trabajar con los pobres. Dijo que es natural que el nuevo arzobispo tenga vínculos con políticos locales.

"Cuando uno trabaja en ‘las Villas’, tiene contactos con los políticos locales y estatales. Tus feligreses te piden ayuda cuando tienen un problema con los servicios básicos como el agua o con la delincuencia. Esperan que hagas llamadas", manifestó.

El nombramiento del cardenal designado Fernández al frente del DDF también ha sido cuestionado, con críticas a su gestión en un caso de abuso en 2019.

El caso de abuso sexual involucró al padre Eduardo Lorenzo, quien se suicidó en 2019 después de que un juez ordenara su arresto basado en cargos "de corrupción de menores y abuso sexual de al menos cinco adolescentes entre 1990 y 2008", según BishopAccountability.org, una organización de Massachusetts que administra un archivo en línea de abusos en la Iglesia Católica.

En un comunicado publicado el 1 de junio, la organización escribió que "el papa ha tomado una decisión desconcertante y preocupante".

"En respuesta a las acusaciones, él (arzobispo Fernández) apoyó firmemente al sacerdote acusado y se negó a creer a las víctimas. Mostrando indiferencia por la seguridad de los niños, Fernández mantuvo al sacerdote en su puesto parroquial incluso cuando se presentaron más víctimas", según la declaración.

"Por su gestión en este caso, Fernández debería haber sido investigado, no ascendido a uno de los puestos más altos de la Iglesia mundial. Nada en su actuación sugiere que sea apto para liderar la batalla del papa contra los abusos y el encubrimiento", dice el comunicado.

"El dicasterio que usted presidirá, en otras ocasiones llegó a utilizar métodos inmorales. Eran tiempos en los que más que promover el conocimiento teológico perseguían posibles errores doctrinales. Lo que espero de usted es algo sin duda muy diferente", escribió Francisco en la carta del 1 de julio al arzobispo Fernández, que también fue criticado por sus escritos sobre el matrimonio y la sexualidad.

Mazzini dijo que el caso es "grave", pero no cree que sea motivo para cuestionar la aptitud de monseñor Fernández para dirigir el dicasterio. Y considera "caricaturescos" los ataques a la posición que tiene el arzobispo en cuanto al matrimonio.

"Como teóloga, no encuentro nada (en sus escritos) que pueda servir para cuestionar su ortodoxia", acotó.

Mazzini agregó que las críticas en realidad no se refieren a los escritos del arzobispo Fernández, sino que provienen de sectores de la Iglesia que rechazaron la exhortación apostólica "Amoris Laetitia" de 2016 del papa, que se refería al matrimonio, en la que el arzobispo fue un asesor clave.

"El papa hasta ahora no había traído un colaborador cercano de Argentina para trabajar en la Santa Sede. Ahora, el arzobispo Fernández formará parte de su círculo más cercano", dijo Mazzini.

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Lucien Chauvin escribe para OSV News desde Montevideo, Uruguay.

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