Una turba de vándalos atacó el viernes 27 de agosto la Catedral de Buenos Aires en Argentina con una serie de pintas contra la Iglesia, los sacerdotes católicos y la Biblia, durante una marcha de organizaciones de izquierda contra el llamado “gatillo fácil”.

Para las organizaciones que convocaron la protesta en la Plaza de Mayo como el MST y el Polo Obrero, el “gatillo fácil” se referiría al uso excesivo de las armas de fuego por parte de las fuerzas del orden.

Entre las pintas que dejaron los vándalos en la Catedral, se puede leer las siguientes frases: “La única iglesia que ilumina es la que arde”, “fuego a las iglesias”, “Curas violines” (violadores), “cuando se lee poco se dispara mucho” y “a la Biblia me la fumo, no la leo”.

Los vándalos también dejaron pintas en el Cabildo y en calles aledañas con lemas como “el gatillo fácil es genocidio”, “el Estado apunta, la policía dispara” y “policía bueno = policía muerto”.

Según Infobae, la manifestación “fue convocada por organizaciones sociales que apoyan la lucha contra el gatillo fácil, junto a familiares y amigos de las víctimas que sufrieron el abuso de autoridad por parte de las fuerzas de seguridad. En principio, la consigna de esta convocatoria fue que sea tranquila y en paz, pero eso no se cumplió”.

La Red Respeto Religioso, una organización nacida en junio de este año y que tiene como misión velar por el respeto y la defensa pública de la religión católica en Argentina, repudió el ataque y denunció que “no hubo prevención, acción ni reacción de las autoridades nacionales o de la Ciudad, tampoco declaración posterior condenatoria del atropello”.


“Este odio irracional va en aumento frente a la desidia de los poderes públicos. El desinterés y silencio es alarmante”, indicó la red en un comunicado.

El texto precisó también que “no alcanza con reparar –a expensas de los impuestos cada vez más altos a los contribuyentes– los prejuicios materiales. El agravio es también espiritual a la comunidad creyente y para muchos ciudadanos”.

La red resaltó asimismo que “con el fin de enfrentar la creciente intolerancia religiosa y mover al Estado y sus funcionarios y al Ministerio Público Fiscal (que debería actuar de oficio) a tomar conciencia de la gravedad de la situación, vamos a efectuar la denuncia judicial correspondiente, penal y correccional. No se trata de un caso aislado”.

“Pretendemos que se investigue, identifique y sancione a los responsables. No puede ser que no haya ningún demorado ni detenido”, lamentó.

La red también exhortó al gobierno nacional y al de la Ciudad de Buenos Aires que tomen medidas efectivas “para disuadir en el futuro este accionar, que parece estar a la orden del día en las manifestaciones y reclamos de ciertos sectores militantes”.

“La sociedad argentina, exhausta ya por la pandemia y la preocupación económica y social reinante, demanda la protección de valores y principios y el más terminante rechazo a toda forma de violencia material y simbólica”, concluye el comunicado.