El Cardenal de Managua, Leopoldo Brenes, dijo este domingo que el papa Francisco está "súper informado" sobre la situación en Nicaragua, país centro americano donde el Gobierno de Daniel Ortega arrestó arbitrariamente a un obispo y a varios sacerdotes.

"El papa está súper informado. La secretaría de Estado (del Vaticano) está bien informada, así que personalmente me río" cuando dicen que no, señaló Brenes en una entrevista con Efe tras la eucaristía en la Catedral Metropolitana.

El prelado dijo que es "bien triste" que se critique al papa Francisco porque supuestamente "no sabe nada, que está desinformado" de lo que ocurre en Nicaragua, principalmente con la Iglesia católica.

"Esa es la peor mentira que a veces algunos medios de comunicación, no sé con (qué) intereses, y algunas personalidades, con qué intereses, están haciendo eso", reprochó.

Varios medios de comunicación y nicaragüenses en el exilio han criticado al Papa en el último mes, particularmente desde el arresto del obispo Rolando Álvarez, de la Diócesis de Matagalpa. El 4 de agosto se le prohibió al obispo salir de la curia episcopal, y dos semanas después fue oficialmente puesto bajo arresto domiciliario en el hogar familiar en Managua.

Junto a él fueron arrestados varios sacerdotes y seminaristas que permanecen en la curia, aunque ellos fueron llevados a la prisión El Chipote, conocida por ser un centro de tortura para los mas de 190 presos politicos del gobierno de Ortega.

La crítica que le hacen al Papa es por su silencio público sobre lo que ocurre en Nicaragua, ya que en el último mes se refirió a la situación en una sola oportunidad.

Brenes aseguró que el papa Francisco está rezando por la Iglesia nicaragüense, al igual que los obispos que integran el Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam).

Explicó que "no hay negociaciones" con el Gobierno de Ortega sobre la situación de los religiosos presos: "Sabemos que siempre la cueva más oscura, el túnel más oscuro, al final, tiene un rayo de luz y esa es nuestra esperanza".

"Nosotros somos hombres de diálogo, la Iglesia no es de confrontación, sino que la Iglesia es de diálogo. El Santo Padre lo ha señalado, la Conferencia Episcopal lo ha señalado muchas veces que todas las situaciones de confrontación no llevan a nada, porque la violencia engendra violencia y una acción trae una reacción", añadió.

Sostuvo que los pastores se fortalecen con la oración y que tienen la certeza de contar con el apoyo de su gente, que "sigue orando tanto a nivel nacional como internacional".

Hablando con Efe sobre el estado de Álvarez, Brenes dijo que el obispo se encuentra bien: "He estado platicando con él (...) De salud me dijo que está muy bien. Lo encontré de mejor ánimo. Tuve un buen tiempo platicando con él. Y él nos pide que sigamos orando por él y que ojalá pues, el Espíritu Santo nos ilumine para que pronto solucionemos este conflicto".

Brenes explicó que el obispo Álvarez "está siendo bien cuidado. Su familia va dos veces por día a visitarlo. En la mañana y en la tarde", y que "su prima, que era la que le cuidaba la casa, limpiaba y le cocinaba los días que estaba en Managua, le sigue cocinando".

Con mas de dos semanas bajo arresto domiciliario, aun se desconocen los cargos contra Álvarez.
Sobre el obispo de la diócesis de Matagalpa (norte), Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno de Ortega y quien este domingo cumple 17 días en arresto domiciliario en Managua, sin que hasta ahora se le hayan formulado cargos, Brenes afirmó que, pese a esas condiciones, se encuentran bien.

"He estado platicando con él (...) De salud me dijo que está muy bien. Lo encontré de mejor ánimo. Tuve un buen tiempo platicando con él. Y él nos pide que sigamos orando por él y que ojalá pues, el Espíritu Santo nos ilumine para que pronto solucionemos este conflicto", relató.

Brenes explicó que el obispo Álvarez "está siendo bien cuidado. Su familia va dos veces por día a visitarlo. En la mañana y en la tarde", y que "su prima, que era la que le cuidaba la casa, limpiaba y le cocinaba los días que estaba en Managua, le sigue cocinando", indicó.

Rosario Murillo, la esposa de Ortega y vicepresidenta de Nicaragua, acusa a Álvarez de organizar "grupos violentos", de crear "zozobra" e "incitar al odio". También de "crímenes de lesa espiritualidad", un concepto que no existe en derecho canónico ni en el derecho penal.

En el caso de los otros siete sacerdotes que se encuentran en prisión, el cardenal Brenes informó que han sido visitados por el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y obispo de la diócesis de Jinotega (norte), Carlos Enrique Herrera, y que se hicieron "gestiones para que las familias pudiesen estar con ellos".

"El miércoles pasado fueron los familiares a estar con ellos por un lapso de dos a tres horas", indicó.

Consultado sobre la posibilidad de que los sacerdotes sean trasladados de la cárcel policial El Chipote, oficialmente conocida como la Dirección de Auxilio Judicial, donde se encuentran recluidos, hacia sus domicilios, Brenes dijo que "en este momento no" ha sido posible, pero "se están haciendo todas las gestiones" y van "poco a poco".

El régimen Ortega-Murillo ha considerado durante mucho tiempo a la jerarquía católica como su enemiga, y Álvarez y Brenes de Managua han sido criticados a menudo por el régimen.

Ortega ha tachado a los obispos nicaragüenses de "terroristas" porque, a petición suya, actuaron como mediadores de un fracasado diálogo nacional que buscaba una solución pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.

Varias iglesias dieron refugio a manifestantes que resultaron heridos o que huyeron de la represión de las protestas de 2018, que dejaron 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ortega y Murillo afirmaron que las iglesias fueron utilizadas como "cuarteles" ya que los obispos eran "cómplices de un golpe de Estado fallido".

El pasado mes de marzo, el Vaticano fue informado de que el Gobierno de Nicaragua había declarado persona non grata al representante papal en el país, el arzobispo polaco Waldemar Sommer, desterrándolo del país. Desde entonces, no ha habido relaciones formales entre la Santa Sede y Ortega, que retiró a su propio embajador en el Vaticano el año pasado.