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Miles rezan por la salud del Papa Francisco en la famosa basílica de Luján

BUENOS AIRES -- Una multitud de Argentinos que trabajan en barrios humildes, o vecindarios, y la gente a la que sirven, rezaron por la salud del Papa Francisco en uno de los santuarios católico más importante del país -- siendo esta una muestra de afecto y apoyo de una población que el Santo Padre convirtió en una prioridad en su tiempo como arzobispo local.

La Misa del 16 de marzo se celebró en la Basílica de Nuestra Señora de Luján y marcó el 17º aniversario de Familia Grande Hogar de Cristo, un ministerio de apoyo a la recuperación de adictos fundado por los "curas villeros" -- un equipo de sacerdotes que trabajan en barrios conocidos como villas miseria -- y apoyado por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio.

"Pedimos en este momento por la salud de aquel que fuera nuestro obispo y que le diera hace 17 años atrás el puntapié inicial para comenzar esa tarea que veníamos realizando los curas de las villas y que él acompañó siempre hasta el día de hoy", dijo el padre José de María di Paola, destacado cura villero.

"El Hogar de Cristo es el modo de vivir la Iglesia que nos enseña el Papa Francisco: una iglesia en salida, una iglesia pobre para los pobres", agregó. "Nos interesa la vida de aquellos que están más desprotegidos en cada uno de los lugares donde vivimos".

La salud del Papa Francisco sigue siendo delicada tras más de un mes hospitalizado por una grave afección respiratoria. Su condición médica ha suscitado muestras de preocupación y expresiones de apoyo por parte de los líderes eclesiásticos de Argentina -- especialmente los curas villeros -- pero una respuesta algo apagada por parte de la sociedad en general.

Las respuestas reflejan la complicada relación del Papa con su país natal, Argentina, donde, según ciertos observadores, algunos lo consideran más como un actor en la desordenada y dividida política nacional que el líder de la Iglesia universal.

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, habló de esa complicada relación en una misa celebrada el 24 de febrero por el Papa Francisco en una plaza pública, donde dijo: "Nos interesa la vida de aquellos que están más desprotegidos en cada uno de los lugares donde vivimos".

Sumándose al desconcierto para muchos en Argentina: el Papa Francisco nunca regresó para una visita después de ser elegido en 2013 -- a pesar de que voló dos veces sobre el país en sus viajes a Paraguay y Chile.

Como arzobispo de Buenos Aires, el Papa Francisco defendió el trabajo de los curas villeros -- a menudo viajando a sus parroquias en transporte público para los días festivos -- mientras evitaba a la alta sociedad. También envió a seminaristas a adquirir experiencia allí.

El trabajo de los sacerdotes implicaba trabajar con vicios como la drogadicción, a la vez que se enfrentaban a problemas como la pobreza y la exclusión en los barrios -- donde viven al lado de las personas a las que atienden --, que a menudo carecen de servicios básicos como servicios de salud y educación.

"Le gustaba este estilo que tenemos los curas de las villas, de vivir en un barrio y de construir la vida de la Iglesia desde el barrio, sobre todo fortaleciendo la religiosidad popular y la organización de la gente", dijo el padre di Paola a OSV News.

Virgina Bonard, periodista católica en Buenos Aires, que asistió a la misa en Luján, dijo que la misa mostró el afecto que los pobres en Argentina siguen teniendo por el Papa Francisco.

"La basílica es enorme y estaba repleta, no entraba nadie. No había lugar. Todos eran pobres", dijo. "Los gente pobre lo ama al Papa".

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David Agren escribe para OSV News desde Buenos Aires.

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