El domingo comenzó la semana más importante del tiempo litúrgico, y católicos en todo el mundo comenzaron a planificar cómo vivirán la Semana Santa. Sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19, en muchos países ir a una parroquia para participar en el triduo de Pascua no es una opción.

América Latina, hogar del 40 por ciento de los católicos del mundo, no es una excepción, con varios países al borde del colapso debido a la propagación de la variante brasileña del virus, considerada más contagiosa y más letal para los menores de 65 años.

México

Los obispos de México, el país con la segunda población católica más grande del mundo, piden a la ciudadanía -y al gobierno- que eviten “una tercera ola” del coronavirus, que ya ha matado a más de 200.000 personas.

“Esta época de Semana Santa no es para ignorar la realidad que vivimos y tomar acciones que pongan en riesgo a otras personas”, argumenta un editorial del semanario de la Arquidiócesis de México. “No es un momento de multitudes, ni de fiestas, ni de ser parte de ese riesgo de una tercera ola”.

El gobierno mexicano ha reconocido el peligro de una tercera ola de contagios, luego de semanas de disminuciones en el número de infectados.

A pesar de los riesgos y advertencias, la Secretaría de Turismo de México estima una ocupación del 58 por ciento para los hoteles en el “fin de semana largo” que va de jueves a domingo.

En el extremo opuesto a la industria del turismo, la Iglesia Católica anunció límites al número de fieles permitido en las iglesias y promueve a su vez la participación en los servicios religiosos a través de los medios- desde la radio hasta las redes sociales.

“Llegamos a Semana Santa 2021 con muchas heridas que aún están abiertas, con la ilusión que nos han dado los primeros meses de la campaña de vacunación, pero también con una clara advertencia de una tercera ola de contagios”, dice el editorial de este domingo de Desde la Fe.

Colombia

Las celebraciones litúrgicas estarán permitidas durante este período, pero siempre y cuando tengan lugar en espacios abiertos y con previa autorización de las autoridades civiles. Por otro lado, las procesiones y tradicionales romerías, habitualmente ligadas al Via Crucis del Viernes Santo, estarán prohibidas, luego de un acuerdo alcanzado entre la Conferencia Episcopal de Colombia y el gobierno.

Para poder cumplir con lo dispuesto, las distintas alcaldías deben poner a disposición de las parroquias espacios abiertos, aunque los mismos sean públicos y no propiedad de la Iglesia Católica.

Las personas que asistan a las celebraciones religiosas deberán respetar el uso del tapabocas, el distanciamiento social y hacer uso de los puntos de lavado de manos y desinfección.

Teniendo en cuenta que no todos podrán asistir, sea porque tengan COVID-19 o por otros motivos relacionados a la pandemia, los obispos publicaron un documento con un esquema de oración para cada momento de la Semana Santa y está en comunión con las celebraciones del Misterio Pascual que se realizan en las iglesias, catedrales y parroquiales con participación limitada de los fieles.

Los elementos de esta propuesta son las palabras y los gestos de la liturgia que, oportunamente adaptados a la condición de la familia, permiten celebrar a Cristo que se hace presente en ella para bendecirla y acompañarla.

Perú

El 17 de marzo de 2021 el Gobierno de Perú anunció restricciones de cuarentena a nivel nacional para la Semana Santa, desde el 1 de abril hasta el 4 de abril de jueves a domingo. Esto implica un toque de queda de 24 horas, con la excepción de una persona por familia para las compras peatonales.

Pero las iglesias permanecerán cerradas, por orden no de la conferencia episcopal sino del gobierno del presidente Francisco Sagasti. Si bien varios obispos manifestaron descontento con la decisión, la Conferencia Episcopal de Perú decidió acatar la decisión e invitar a los fieles a vivir activamente este período, aún cuando no les es permitido asistir a misa, el Via Crucis y los demás servicios de la Semana Santa.

Entre otros recursos, los obispos publicaron un documento de 16 páginas con sugerencias sobre cómo vivir mejor este período, con sugerencias para cada celebración. Por ejemplo, para el jueves, cuando la liturgia conmemora la Última Cena del Señor, se recomienda a las familias que participen juntos en la Misa. También se les invita a celebrar en el hogar la ceremonia del lavado de los pies, que el sacerdote realiza habitualmente en esta celebración a 12 miembros de la comunidad, imitando el gesto de humildad que Cristo tuvo con los apóstoles.

Los obispos también difundieron una “carta al Pueblo de Dios”, en la que reflexionan sobre la pandemia que ha cobrado la vida de más de 51.000 personas en el país.

"Oremos al Señor en esta hora para que nos haga experimentar la alegría de su luz, la luz del Resucitado ... y le pedimos que seamos nosotros mismos portadores de su luz, para que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo resucitado entra en el mundo e ilumina esta noche oscura de la pandemia”, escriben los obispos.

Definen la pandemia como un “largo Vía Crucis que vivimos en nuestra propia carne”, y una vez más instan a la gente a volverse a Cristo en medio de este “valle de lágrimas”, ya que solo en diálogo con él se encuentra el sentido a la vida, la historia e incluso la muerte.

Chile

En medio de la segunda, a pesar de que más del 50 porciento de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, el gobierno decretó el regreso a un bloque total o “fase uno,” lo que afecta a aproximadamente el 80 por ciento de los 19 millones de habitantes de Chile.

Por orden del Ministerio de Salud, las celebraciones religiosas con presencia de los fieles estaban prohibidas, pero u fallo de la Corte Suprema de Justicia dictaminó a fines de la semana pasada que el estado no tiene el poder de prohibir la participación en actos religiosos, al considerarlo un atentado a la libertad de culto.

Las nuevas restricciones, aún teniendo en cuenta el dictamen de la Corte Suprema en este país que vio a 22.587 personas morir a causa del virus, significan serios impedimentos para participar de las actividades de la Semana Santa en manera presencial: solo 10 personas pueden asistir a misa en un espacio cerrado, mientras que 20 están permitidas en un servicio al aire libre.

Como contrapropuesta, la Conferencia Episcopal chilena también publicó un sito web con materiales y sugerencias para celebrar la Semana Santa. Los recursos incluyen retiros en línea, horarios de misas, enlaces para unirse a celebraciones via streaming y consejos sobre cómo prepararse para cada celebración incluido, por ejemplo, hornear un pan en familia antes de la celebración del jueves, para que sea bendecido durante la liturgia y consumido a la hora de la cena.

Brasil
Con más de 310.000 muertes hasta el momento, el sistema de salud de Brasil está constantemente al borde del colapso en un país que a un año de iniciada la pandemia no tiene una respuesta nacional coordinada a la crisis, ya que el presidente Jair Bolsonaro se ha negado a establecer un plan.

Del mismo modo, los obispos católicos no tienen una visión uniforme de las celebraciones litúrgicas durante la Semana Santa. Su sitio web indica que en algunas regiones la gente podrá asistir a misa con algunas restricciones, mientras que en otras, la presencia de los fieles en las celebraciones religiosas está prohibida.

Al ver la falta de voluntad del gobierno nacional para crear una respuesta coordinada a la crisis, la conferencia episcopal brasileña dio a conocer el 7 de abril de 2020 el documento Pacto por la vida y por Brasil, en el que convocó a diferentes actores a unirse para detener la creciente ola de muertes.

A principios de este mes quienes se adhirieron al pacto, incluidos los obispos, el Colegio de Abogados de Brasil, la Academia Brasileña de Ciencias, la Asociación Brasileña de Prensa y la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, publicaron un documento conjunto, El pueblo no puede pagar con su propia vida, en la que argumentan que "no hay tiempo que perder, el negacionismo mata".

Hacen un llamado a los diferentes actores -desde el gobierno nacional hasta gobernadores y autoridades de salud- a asumir su responsabilidad en la crisis, al tiempo que instan a los jóvenes, “vectores de transmisión”, a “asumir su papel histórico en la defensa de la vida y el país, deconstruyendo el negacionismo que agrava la muerte".

Independientemente de la situación en cada estado, la oficina litúrgica de la conferencia episcopal también ofrece una serie de recursos para unirse a las celebraciones en línea y vivir cada día en familia, señalando que el Pueblo de Dios, "viviendo la dignidad del sacerdocio bautismal", no está llamado a simplemente "seguir sino realmente celebrar" la Eucaristía.

Nicaragua

Sin muchas estadísticas oficiales sobre la incidencia del coronavirus por negativa del gobierno de Daniel Ortega a ejecutar un plan nacional de contención de la pandemia, fueron los obispos de Nicaragua quienes tomaron la iniciativa de invitar a los fieles a seguir una serie de medidas para intentar prevenir un aumento en el número de contagios.

El cardenal de Managua, el arzobispo Leopoldo José Brenes, dio a conocer una serie de “sugerencias” el Domingo de Ramos, entre las que se destacan suspender las procesiones y ofrecer este sacrificio como signo de unidad y en oración por el fin de esta pandemia y en sufragio por las víctimas.

Para el Via Crucis del Viernes Santo, Brenes sugiere a los fieles seguirlo virtualmente a través de los diversos medios católicos, “unidos espiritualmente en oración por la salud y vida en nuestra nación,” y el mismo día, durante el rito de adoración de la cruz, se usará la primera forma que dispone el Misal Romano, el sacerdote mantiene en alto la cruz y los fieles desde sus lugares realizan la adoración del misterio de la Cruz.