ROMA -Las estaciones del Vía Crucis en Ucrania están marcadas por las carcazas de vehículos de combate, casas destruidas, fosas comunes y cuerpos sin enterrar.

Fue en esta circunstancia que el cardenal Konrad Krajewski, el brazo caritativo del papa Francisco, y el arzobispo Visvaldas Kulbokas, representante del Vaticano en Ucrania, rezaron el tradicional Vía Crucis.

El Papa Francisco había enviado al cardenal a Ucrania manejando la segunda ambulancia donada por la Santa Sede para Ucrania, bajo invasión Rusia desde el 24 de febrero. El plan de Krajewski es permanecer en Kiev y alrededores al menos hasta el domingo de resurrección. 

En el camino de regreso a Kiev desde Borodyanka, una ciudad que había estado bajo el control de las fuerzas rusas, el cardenal y el arzobispo rezaron entre las ruinas y los cuerpos de los asesinados, incluso junto a una fosa común sin marcar, dijo el prelado a Vatican News el 15 de abril.

Describió el hallazgo de "tantos muertos, así como una fosa común de al menos 80 personas enterradas sin nombre ni apellido".

Ante tales horrores, dijo, "las lágrimas no caen y las palabras no salen". 

Las escenas les dejaron sin palabras, dijo, pero "Gracias a Dios hay fe y esta es la Semana Santa, el Viernes Santo, cuando podemos unirnos a la persona de Cristo y subir con él a la cruz".

"Tenemos también el domingo de la resurrección", dijo, y quizá entonces Dios "nos explique todo con su amor y cambie también todo lo que hay dentro de nosotros, esta amargura y este sufrimiento que llevamos desde hace unos días, pero particularmente desde hoy”.

El cardenal celebró la misa de la Cena del Señor el 14 de abril con el ritual del lavado de pies y entregó una segunda ambulancia en un hospital de Kiev. Según el prelado, muchos médicos y personal agradecieron al Papa por el regalo y por estar cerca de la gente de allí y de su sufrimiento.

Dijo que el director del mayor hospital cardiológico de Kiev le dijo que, como médicos, tienen que ser como el buen samaritano, lo que significa no sólo ayudar a los ucranianos heridos -tanto civiles como soldados- sino también a los rusos.

"Es algo difícil para él, realizar procedimientos sabiendo que tiene delante a hombres que pueden haber matado a mucha gente", dijo el cardenal.

Pero, dijo, el médico le explicó que eso es lo que significa ser un médico, un samaritano y un ser humano, "a pesar de la amargura en el corazón y los sentimientos que uno tiene en su interior."

El cardenal Krajewski dijo que las palabras del médico eran como "puro Evangelio: Es difícil, pero cuando lo seguimos, es hermoso como la primavera y todo florece".

"Aprendí mucho de este médico jefe; valió la pena viajar en ambulancia durante miles de kilómetros" para escuchar sus palabras, dijo.