CIUDAD DEL VATICANO -- La formación de los seminaristas, la Iglesia Católica como hogar acogedor para todos, la migración y el ecumenismo surgieron como temas comunes de discusión entre los participantes de la asamblea del Sínodo de los Obispos el 6 de octubre, dijo el Vaticano.
Divididos en 35 círculos menores conformados por 10-12 personas, desde cardenales a estudiantes universitarios, los participantes pasaron el tercer día de la asamblea sinodal compartiendo lo que habían discutido en sus pequeños grupos en los días anteriores y escuchando las observaciones individuales hechas a todos los miembros del sínodo presentes.
La asamblea dedicó el 5 de octubre a mantener conversaciones en pequeños grupos –llamados círculos menores -- sobre la formación de una iglesia sinodal. Los resúmenes sobre los debates, sometidos a votación en cada grupo de trabajo para garantizar que reflejaban fielmente el trabajo del grupo, se compartieron con toda la asamblea el 6 de octubre, seguidos de observaciones individuales realizadas ante la asamblea, cada una de las cuales se espera que dure unos tres minutos.
Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, dijo a los periodistas que hasta el mediodía del 6 de octubre se habían presentado 18 informes de los pequeños grupos y se habían realizado 22 intervenciones o discursos individuales.
"Prácticamente todos han subrayado el clima fraterno de acogida que se ha creado en el sínodo", dijo, añadiendo que los participantes también discutieron sobre cómo estar en comunión con aquellos que no participaron en el proceso sinodal debido a la persecución, la indiferencia o la apatía.
Ruffini dijo que se debatió ampliamente la formación de los seminaristas, incluidas las formas de aumentar su participación en la comunidad y su compromiso con las personas marginadas de la sociedad.
"Hay pocos seminaristas, a veces su selección ha creado problemas y hay seminarios que podrían haber mejorado su organización", dijo, resumiendo los comentarios de los participantes.
Los participantes debatieron el papel de la mujer en la Iglesia y la promoción de su participación activa en los procesos de toma de decisiones de la Iglesia, dijo, así como las formas de seguir acompañando a los migrantes después de haber emigrado.
Uno de los informes de los pequeños grupos, señaló Ruffini, preguntó sobre las formas en que la Iglesia puede considerar la revisión de sus estructuras a través del derecho canónico y la modificación de la Curia.
"¿Cómo se convierte la Iglesia en acogedora? ¿Hay que cambiar algo para que la Iglesia sea acogedora? ¿Qué debería cambiarse?", resumió.
Ruffini fue preguntado por la regla de confidencialidad del sínodo y por el cardenal Gerhard Müller, miembro del sínodo y antiguo jefe de la oficina doctrinal del Vaticano, que concedió una entrevista y habló sobre los debates del sínodo. "Cada miembro del sínodo hace su propio discernimiento" sobre cómo mantener el ambiente de compartir creado en la asamblea sinodal, dijo Ruffini. Las normas que se dan a los participantes en el sínodo les obligan a mantener la confidencialidad sobre lo que ellos, u otros, dicen durante la asamblea, pero "no hay una policía que te castigue".
También comentó que las observaciones de un participante subrayando cómo sufre la Iglesia en ciertas partes del mundo, especialmente en Ucrania, suscitaron el aplauso de toda la asamblea sinodal.