CIUDAD DEL VATICANO -- Ser misionero es destacar la experiencia de los demás y respetar su libertad en lugar de juzgarlos e imponerles prácticas, dijo el Papa Francisco.
En una audiencia el 11 de marzo con la Comisión de Misiones de los obispos españoles y directores y voluntarios de la agencia de desarrollo Misión América, que apoya proyectos misioneros en África y América Latina, el Papa dijo que los misioneros están llamados a ser como Cristo al dar testimonio de las realidades de las comunidades a las que sirven.
Reflexionando sobre un pasaje del Evangelio de San Juan, dijo que al igual que Jesús mostró sus manos y costado heridos a los discípulos después de la Resurrección, los misioneros deben hacer visible "la realidad del dolor, del pecado, de la muerte."
"No para condenar", especificó el Papa, "sino para curar, para sanar a la humanidad".
Dar a conocer las realidades de América Latina, una de las cuatro áreas de atención de Misión América, no es otra cosa que "mostrar la mano tendida de Cristo, que nos ofrece el mayor refugio en sus llagas", dijo el Papa Francisco.
El Evangelio de San Juan narra más adelante cómo Jesús dejó que Santo Tomás metiera el dedo en el costado de Jesús para que pudiera creer en la Resurrección. El episodio, dijo el Papa Francisco, muestra cómo Jesús fue siempre respetuoso de las necesidades de los demás y de sus "tiempos y espacios."
"Jesús está siempre atento a la necesidad, pero sobre todo a la persona en su totalidad", dijo el Papa.
"La verdadera igualdad, la verdadera justicia, no es imponer un plan único y utilitario para todos", dijo, sino que implica "ser capaces de acompañar a cada persona en su libertad, para que cada uno pueda responder a la llamada de Dios, al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros según su tiempo, su camino, su paciencia."
El Papa también alabó los esfuerzos del grupo para apoyar a los misioneros con voluntarios laicos que, a través de la oración y el servicio, se solidarizan con "aquellos que, movidos por el mismo Espíritu, caminan por el mundo."
Tal "colaboración por la paz" entre religiosos y laicos, dijo, "produce nuevas realidades creando puentes y destruyendo miedos y rencores."
Fundada en 1993, Misión América ha trabajado para dar a conocer la vida latinoamericana, promover los derechos humanos y formas dignas de trabajo, apoyar proyectos sociales y pastorales de misioneros y fomentar la colaboración entre misioneros y otras organizaciones de base. A medida que Misión América ha ido creciendo, ha impulsado proyectos similares en África.