CIUDAD DEL VATICANO -- Las mujeres que han concebido un hijo fuera del matrimonio y tienen el valor de elegir la vida para su bebé deben ser alentadas "a acceder a la fuerza sanadora y consoladora de los sacramentos", dijo el jefe del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio, respondía así a la pregunta de un obispo que expresaba su preocupación por las madres solteras que se abstienen de los sacramentos temiendo la rigidez de sus pastores y el juicio de los católicos de sus parroquias.

"Se advierte que en algunos países tanto los sacerdotes como algunos laicos, de hecho, impiden a las madres que han tenido un hijo fuera del matrimonio acceder a los sacramentos e incluso bautizar a sus hijos", decía la respuesta del cardenal, aprobada por el Papa Francisco el 13 de diciembre y publicada en la web del dicasterio al día siguiente.

El cardenal Fernández señaló que el Papa Francisco había abordado el tema en 2012, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires, Argentina.

"Hay presbíteros que no bautizan a los hijos de madres solteras porque (los niños) no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Estos son los hipócritas de hoy", había dicho el futuro Papa. "Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación".

"Y", había dicho, "esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen".

El cardenal también citó las declaraciones que el Papa Francisco hizo en 2015 en un encuentro virtual organizado por ABC News con personas de Estados Unidos.

Hablando con una madre de Los Ángeles, el Papa le dijo: "Sé que no es fácil ser una madre soltera. Sé que la gente a veces las puede mirar mal, pero te digo una cosa, sos una mujer valiente porque fuiste capaz de traer éstas dos hijas al mundo. Vos podrías haberlas matado en tu vientre, y respetaste la vida, respetaste la vida que tenías dentro tuyo, y eso Dios te lo va a premiar, y te lo premia".

El cardenal Fernández dijo que hay que trabajar pastoralmente en la iglesia local para hacer comprender que "ser madre soltera no impide el acceso a la Eucaristía".

Como a cualquier católico, dijo, la "confesión sacramental de los pecados cometidos les permite acercarse a comulgar. La comunidad eclesial debe valorar, además, que son mujeres que acogieron y defendieron el don de la vida que llevaban en sus entrañas y que luchan, cada día, por sacar sus hijos adelante".

Y, según el cardenal, si se da la situación de que una mujer "algunas veces recurra a vender su cuerpo para sostener su familia", la reacción de la parroquia debe ser "hacer todo lo posible para ayudarle a evitar este gravísimo riesgo, más que juzgarla duramente".

A la gente le gusta citar las palabras de Jesús a la mujer sorprendida en adulterio: "no peques más", escribió el cardenal.

"Ciertamente, Jesús invita siempre a cambiar de vida, a responder más fielmente a la voluntad de Dios, a vivir con mayor dignidad. Sin embargo, esa frase no constituye el mensaje central de esta perícopa evangélica, que es sencillamente la invitación a reconocer que nadie puede arrojar la primera piedra".

En su respuesta a la carta enviada por el obispo Ramón de la Cruz Baldera, de San Francisco de Macorís, de la República Dominicana, el cardenal Fernández también citó la exhortación del Papa Francisco de 2016, "Amoris Laetitia", sobre el matrimonio y la vida familiar.

"Refiriéndose a las madres que deben criar solas a sus hijos", dijo el cardenal, el Papa Francisco nos "recuerda que en las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el efecto de hacerlas sentir juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a acercarles la misericordia de Dios".