Los sacerdotes deben seguir el ejemplo de Jesús, el buen pastor, que dio su vida no solo por su rebaño, sino también por las ovejas que se extraviaron, dijo el papa Francisco.
Dirigiéndose a estudiantes y profesores del Pontificio Colegio Mexicano el 29 de marzo, el papa dijo que los problemas del mundo de hoy deben despertar "en cada sacerdote una auténtica compasión, tanto por las ovejas que se le han confiado como por las que se han descarriado".
Esos problemas, dijo, "exigen de nosotros los sacerdotes que nos amoldemos al Señor ya la mirada de amor con que nos contempla. Al conformar nuestra mirada a la suya, nuestra mirada se transforma en una mirada de ternura, reconciliación y fraternidad".
En sus comentarios preparados, el papa destacó los desafíos que enfrenta la Iglesia Católica en México que, como en muchos países del mundo, se han vuelto aún más difíciles debido a la pandemia de COVID-19.
La ternura, dijo, es necesaria para abordar "los problemas que afligen a la sociedad", incluida la violencia, las desigualdades sociales y económicas, la corrupción y la falta de esperanza.
Los sacerdotes también deben fomentar la reconciliación, que es necesaria para enfrentar las diferencias y la corrupción que han debilitado la "red multicolor de culturas que componen el tejido social y religioso de la nación".
Los sacerdotes mexicanos deben mostrar especial cuidado y preocupación por "aquellos que han sido descartados por sus raíces indígenas o su particular religiosidad popular", continuó el papa.
"Los pastores estamos llamados a ayudar a reconstruir relaciones respetuosas y constructivas entre personas, grupos y culturas dentro de la sociedad, proponiendo a todos 'dejarse reconciliar por Dios' y comprometerse con la restauración de la justicia", dijo.
Por último, el papa Francisco dijo a los estudiantes y profesores que deben tener "una visión compartida y unificadora que pueda impulsarnos a crear fraternidad", destacando los "puntos de conexión e interacción en el corazón de las culturas y en la comunidad eclesial".
Tal visión, dijo, animará y guiará a los fieles a "ser respetuosos de nuestra casa común y convertirse en constructores de un mundo nuevo, en colaboración con todos los hombres y mujeres de buena voluntad".
"Para ver así, necesitamos la luz de la fe y la sabiduría de quien sabe 'quitarse las sandalias' para contemplar el misterio de Dios y, desde esta perspectiva, leer los signos de los tiempos", dijo el papa.