CIUDAD DEL VATICANO -- El papa Francisco reconoció un milagro atribuido a la intercesión del Beato Artémides Zatti, un hermano salesiano que fue farmacéutico en Argentina y conocido por su atención a los enfermos; el milagro abre el camino para su canonización.
Durante una reunión del 9 de abril con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el papa también firmó decretos que promueven las causas de santidad de otros cuatro hombres y cinco mujeres.
Nacido en la ciudad de Reggio Emilia, en el norte de Italia, en 1880, la familia del beato Zatti emigró a Bahía Blanca, Argentina, en 1897. A la edad de 19 años, los salesianos lo aceptaron para estudiar para el sacerdocio. Sin embargo, se vio obligado a abandonar sus estudios tras enfermarse de tuberculosis.
Según su biografía publicada por el Vaticano, se mudó a la ciudad andina de Viedma para recuperarse y, durante ese tiempo, hizo voto a María de servir a los enfermos y pobres por el resto de su vida si sanaba.
Después de su recuperación, cumplió su promesa y, después de profesar sus votos como salesiano coadjutor en 1908, trabajó en un hospital dirigido por salesianos donde se desempeñó durante más de 40 años como farmacéutico, enfermero y asistente de quirófano, así como el manejo del presupuesto y personal de los hospitales.
El beato Zatti fue diagnosticado con cáncer de hígado y murió en 1951.
En 1986, el entonces padre Jorge Mario Bergoglio escribió una carta al difunto padre salesiano Cayetano Bruno en la que expresó su admiración por el beato Zatti y atribuyó a su intercesión el aumento de las vocaciones jesuitas.
"Repito que estoy convencido de su intercesión, porque sé cuánto oramos, poniéndolo como nuestro abogado", escribió el futuro papa.
Los otros decretos aprobados por el papa Francisco reconocieron: