El Papa León XIV lleva la Eucaristía en una custodia durante la procesión del Corpus Christi desde la Basílica de San Juan de Letrán de Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor el 22 de junio de 2025. Miles de personas participaron en la procesión detrás del Papa y miles más se alinearon en las calles al paso de la procesión. (CNS photo/Vatican Media)
ROMA -- Al llevar a Jesús por las calles de la ciudad en una procesión del Corpus Christi, los cristianos están llamados a ser testigos de su amor, compartiendo sus dones materiales y espirituales, dijo el Papa León XIV.
Una procesión con la Eucaristía es una forma de presentar a Jesús "al corazón de quien cree, para que crea más firmemente" y "al corazón de quien no cree, para que se cuestione sobre el hambre que tenemos en el alma y sobre el pan que puede saciarla", dijo el Papa en su homilía del 22 de junio.
El Papa celebró una Misa vespertina ante la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, con motivo de la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor, antes de unirse a miles de personas -- entre ellas niños que acababan de recibir su primera comunión -- en la procesión del Corpus Christi hasta la Basílica de Santa María la Mayor, a unos dos kilómetros de distancia.
El Papa León llevó la custodia con la hostia consagrada bajo un palio dorado sostenido por ocho miembros de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. Cuando llegó a la basílica mariana, unos 45 minutos más tarde, presidió la bendición.
La lectura del Evangelio para la Misa fue el relato de San Lucas sobre Jesús multiplicando cinco panes y dos peces para alimentar a una multitud de miles de personas.
"A la urgencia del hambre, (Jesús) responde con el signo del compartir: levanta los ojos, pronuncia la bendición, parte el pan y da de comer a todos los presentes", dijo el Papa.
El Papa León XVI proclama la bendición tras la procesión del Corpus Christi en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, el 22 de junio de 2025. (CNS/Lola Gomez)
"Los gestos del Señor no inauguran un complejo ritual mágico", dijo. Más bien, "manifiestan con sencillez el agradecimiento hacia el Padre, la oración filial de Cristo y la comunión fraterna que sostiene el Espíritu Santo".
"Para multiplicar los panes y los peces, Jesús divide los que hay: sólo así hay suficiente para todos", dijo el Papa León. "Es más, sobran. Después de haber comido --- hasta saciarse --, con lo que sobró, llenaron doce canastos".
El relato del Evangelio habla del hambre de sentido, de Dios y de vida eterna de la gente, que se ve colmada cuando Jesús se entrega por la salvación de todos, dijo el Papa.
Pero, dijo, el milagro es también una respuesta de compasión al hambre física de la multitud.
"Hoy, en lugar de las multitudes que aparecen en el Evangelio, hay pueblos enteros, humillados por la codicia ajena aún más que por el hambre misma", dijo el Papa. "Ante la miseria de muchos, la acumulación de unos pocos es signo de una soberbia indiferente, que produce dolor e injusticia".
"Especialmente en este Año Jubilar", dijo, "el ejemplo del Señor sigue siendo para nosotros un criterio urgente de acción y servicio: compartir el pan, para multiplicar la esperanza, proclama la venida del Reino de Dios".
La Eucaristía, dijo el Papa, es la prenda de que Jesús no sólo sacia el hambre física, sino que puede salvar a todos de la muerte "porque su cuerpo es el pan de la vida eterna".
"Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios", dijo. "Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él".
La gracia de la Eucaristía sacia el hambre humana más profunda, dijo.
El Papa León citó a San Agustín: "Cristo es, de verdad, 'panis qui reficit, et non deficit; panis qui sumi potest, consumi non potest' -- es decir, 'un pan que nutre y nunca falta; un pan que se puede comer pero que nunca se agota'".
En la procesión del Corpus Christi, dijo el Santo Padre, todos los que participan dan testimonio de cómo la presencia real de Jesús en la Eucaristía los transforma y los lleva a convertirse en su cuerpo, unidos en la Iglesia.
"Juntos, pastores y rebaño, nos alimentamos del Santísimo Sacramento, lo adoramos y lo llevamos por las calles. Al hacerlo, lo ofrecemos a la mirada, a la conciencia y al corazón de la gente".
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Cindy Wooden es directora de Catholic News Service Rome.