CIUDAD DEL VATICANO -- El cambio positivo debe comenzar con uno mismo y con el reconocimiento de nuestros errores, dijo el papa Francisco.

Ese cambio también incluye estar atento a cómo uno se comunica, porque las palabras tienen peso y pueden usarse para "alimentar los prejuicios, alzar barreras, agredir e incluso destruir", dijo el papa a las personas reunidas en la Plaza de San Pedro el 27 de febrero tras su oración dominical del Ángelus.

"Especialmente en el mundo digital, las palabras corren veloces; pero demasiadas vehiculan rabia y agresividad, alimentan noticias falsas y aprovechan los miedos colectivos para propagar ideas distorsionadas", dijo.

"Todo cambio fructífero y positivo debe comenzar por nosotros mismos. De lo contrario, no habrá cambio", dijo.

El papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio dominical de San Lucas, en la que Cristo pregunta a sus discípulos: "¿Por qué notas la astilla en el ojo de tu hermano, pero no percibes la viga de madera en el tuyo"

"Lo que dice Jesús es cierto: siempre encontramos razones para culpar a los demás y justificarnos a nosotros mismos", dijo el papa Francisco. "Y muy a menudo nos quejamos de cosas que están mal en la sociedad, en la iglesia, en el mundo, sin cuestionarnos primero a nosotros mismos y sin hacer un esfuerzo por cambiarnos primero a nosotros mismos".

Jesús pide a las personas "que miremos nuestro interior para reconocer nuestras miserias. Porque si no somos capaces de ver nuestros defectos, tenderemos siempre a exagerar los de los demás", dijo.

Cuando las personas reconocen primero sus propios errores y defectos, dijo, "la puerta de la misericordia se abre para nosotros", brindando la oportunidad de experimentar el amor y el perdón de Dios.

Jesús nos invita a" mirar a los demás como lo hace Él—, que no ve antes que nada el mal sino el bien. Dios nos mira así: no ve en nosotros errores irremediables, sino que ve hijos que se equivocan", dijo.

"Sabemos que Dios siempre perdona. Y nos invita a hacer lo mismo: a no buscar en los demás el mal, sino el bien", dijo.

Es importante que las personas estén atentas a la forma en que hablan porque "se puede saber de inmediato lo que hay en su corazón" por las palabras que eligen, dijo.

El papa Francisco pidió a las personas que reflexionen qué tipo de palabras utilizan "¿Palabras que expresan atención, respeto, comprensión, cercanía, compasión? ¿o más bien palabras cuya finalidad principal es hacernos quedar bien ante los demás? Y, además, ¿hablamos con mansedumbre o contaminamos el mundo esparciendo venenos: criticando, lamentándonos, alimentando la agresividad difusa?"

"Jesús nos invita a reflexionar sobre la forma en que miramos (a los demás) y la forma en que hablamos" y a purificar "nuestra mirada y nuestro modo de hablar", dijo.