CIUDAD DEL VATICANO -- Cada diplomático papal alrededor del mundo debe hacer saber a la gente que la Iglesia Católica está siempre del lado de los marginados y está lista para enfrentar todo "por amor", dijo el Papa León XIV.
"Cuento con ustedes para que todos en los países donde vivan sepan que la Iglesia está siempre dispuesta a todo por amor, que está siempre de parte de los últimos, de los pobres y que siempre defenderá el sacrosanto derecho a creer en Dios, a creer que esta vida no está a merced de los poderes de este mundo, sino que está impregnada de un misterioso sentido", dijo el Santo Padre.
Como parte del Jubileo de la Santa Sede, el Papa León se reunió el 10 de junio en el Vaticano con nuncios apostólicos y otros representantes pontificios, en su mayoría arzobispos, que representan al Papa ante instituciones internacionales y gobiernos nacionales. Hoy existen más de 100 nunciaturas en todo el mundo.
"Su papel, su ministerio, es insustituible", les dijo el Papa León, agradeciéndoles su dedicación y especialmente su trabajo en para ayudar en la selección de candidatos a obispos diocesanos.
Un cuerpo diplomático tan universal y unido "como el nuestro no existe en ningún otro país del mundo", dijo al grupo de prelados que son elegidos en todo el mundo y normalmente enviados a estudiar a la Pontificia Academia Eclesiástica de Roma.
"Su, nuestra, comunión no es meramente funcional, ni una idea; estamos unidos en Cristo, y estamos unidos en la Iglesia", dijo. "La diplomacia de la Santa Sede constituye en sí misma un modelo -- ciertamente no perfecto, pero sí muy significativo -- del mensaje que propone: el de la fraternidad humana y la paz entre todos los pueblos".
Como Papa, "el ministerio de Pedro consiste en crear relaciones, puentes: y un representante del Papa, ante todo, está al servicio de esta invitación" a construir relaciones mirando a quienes encuentran con los ojos de Pedro, dijo.
"Sean hombres capaces de construir relaciones allí donde es más difícil hacerlo", les dijo el Papa. "Pero al hacerlo, conserven la misma humildad y el mismo realismo de Pedro, que es muy consciente de que no tiene la solución para todo, pero sabe que tiene lo que cuenta, es decir, a Cristo".
"Dar a Cristo significa dar amor, dar testimonio de la caridad que está dispuesta a todo", dijo el Papa León.
"Sólo el amor es digno de fe, ante el sufrimiento de los inocentes, los crucificados de hoy, que muchos de ustedes conocen personalmente, mientras sirven a los pueblos víctimas de la guerra, la violencia y la injusticia, o incluso del falso bienestar que engaña y decepciona", afirmó.
El Papa describió la importancia de su trabajo para ayudarle a abordar diversas cuestiones. "Porque cuando se me presenta una situación relacionada, por ejemplo, con la Iglesia en un país determinado, puedo contar con la documentación, las reflexiones y los resúmenes preparados por ustedes y sus colaboradores".
Los representantes papales son más que diplomáticos, dijo; deben ser siempre pastores, inspirados por "el espíritu de fe".
A través de sus representantes en las distintas naciones, el Papa puede "participar en la vida misma de sus hijos e hijas" y toma conciencia de sus necesidades y aspiraciones, dijo.
El Papa León les dijo que "se sientan misioneros, enviados por el Papa para ser instrumentos de comunión, de unidad, al servicio de la dignidad de la persona humana, promoviendo en todas partes relaciones sinceras y constructivas con las autoridades con las que deben cooperar".
El cardenal Pietro Parolin, que como secretario de estado del Vaticano supervisa el cuerpo diplomático papal, dijo a Vatican News el 9 de junio que un nuncio es "un puente" entre el Papa y las iglesias locales, entre la Iglesia y las naciones, "y entre las heridas del mundo y la esperanza que ofrece el Evangelio".
Un representante papal, dijo, "deben ser hombres de reconciliación" porque "la labor de la diplomacia pontificia es apoyar los esfuerzos del Santo Padre en la realización de un mundo enraizado en la verdad, la justicia y la paz".
"Acogemos el llamamiento del Santo Padre a convertirnos en sembradores de paz, porque el otro -- especialmente en la diplomacia -- no es ante todo un enemigo, sino un ser humano con el que hablar", dijo el cardenal Parolin.
Las misiones diplomáticas del nuncio, están ligadas a "dialogar con las autoridades civiles, trabajar para recomponer fracturas, favorecer la paz, la justicia y la libertad religiosa", no se llevan a cabo para promover los intereses del Vaticano o perseguir intereses partidistas, sino "guiadas por una visión del mundo y de las relaciones internacionales centrada en el Evangelio", dijo.
De hecho, tienen que estar "fundamentadas en una verdadera presencia pastoral", dijo el cardenal Parolin. "El nuncio apostólico es ante todo un hombre de Iglesia, también es pastor y debe hacer suyo el ejemplo de Cristo, el Buen Pastor" y estar "cerca de obispos, sacerdotes, religiosos y de las comunidades a las que se está llamado a servir".