CIUDAD DEL VATICANO -- Promover la paz requiere formar los corazones y las mentes de las personas para que se preocupen por los demás y perciban el bien común, dijo el Papa León XIV.
"Nuestros niños y jóvenes necesitan poder experimentar la cultura de la vida, el diálogo y el respeto mutuo. Sobre todo, necesitan el testimonio de hombres y mujeres que encarnen un modo de vida diferente y no violento", dijo durante una audiencia celebrada en el Vaticano el 30 de mayo.
El Papa se reunió con personas involucradas en la iniciativa "Arena de Paz", que comenzó el año pasado con movimientos populares y organizaciones católicas comprometidas a trabajar por la paz y la justicia.
La iniciativa se puso en marcha el 18 de mayo de 2024, durante la visita del Papa Francisco a la ciudad italiana de Verona, donde se reunió con unas 12.500 personas implicadas en grupos populares y organizaciones católicas para rezar por la paz en la Arena de Verona, un anfiteatro romano construido en el año 30.
El Papa León recordó que, en esa ocasión, el Papa Francisco dijo que "la construcción de la paz comienza poniéndose del lado de las víctimas, compartiendo su punto de vista".
"Esta perspectiva es esencial para desarmar los corazones, las miradas, las mentes y denunciar las injusticias de un sistema que mata y se basa en la cultura del descarte", dijo el Papa León.
También recordó "el valiente abrazo entre el israelí Maoz Inon, cuyos padres fueron asesinados por Hamás, y el palestino Aziz Sarah, cuyo hermano fue asesinado por el ejército israelí", durante el evento celebrado en Verona. Los dos amigos trabajan juntos y su "gesto permanece como testimonio y signo de esperanza. Y les damos las gracias por haber querido estar presentes también hoy".
"Hay demasiada violencia en el mundo, hay demasiada violencia en nuestras sociedades", dijo el Papa.
Con tantas guerras, terrorismo, tráfico de seres humanos y agresiones generalizadas, dijo, los niños y los jóvenes necesitan modelos de personas que elijan la no violencia.
"Cuando quienes han sufrido la injusticia y la violencia resisten la tentación de buscar venganza, se convierten en los agentes más creíbles de los procesos no violentos de construcción de la paz", afirmó. "La no violencia, como método y estilo, debe distinguir nuestras decisiones, nuestras relaciones y nuestras acciones".
"El camino hacia la paz exige corazones y mentes formados en la preocupación por los demás y capaces de percibir el bien común en el mundo actual", afirmó.
Sin embargo, dijo, "necesitamos recuperar la paciencia necesaria para que este proceso ocurra".
"La paz auténtica es la que toma forma a partir de la realidad (territorios, comunidades, instituciones locales, etc.) y escuchándola", dijo el Papa. "Precisamente por eso nos damos cuenta de que esta paz es posible cuando las diferencias y los conflictos que conlleva no se eliminan, sino que se reconocen, se asumen y se superan".
Por eso es especialmente valioso el trabajo de "los movimientos populares y las asociaciones" y por eso generan esperanza, dijo. "Están llevando a cabo proyectos y acciones al servicio concreto de las personas y del bien común" en diálogo con todos.
En cuanto a la no violencia como método y estilo, el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia son una fuente de apoyo para los cristianos, y "pueden ser una brújula valida para todos", afirmó.
Para que haya paz, la gente no puede confiar simplemente en las instituciones políticas, dijo.
Todas las instituciones -- educativas, económicas y sociales -- deben ser instituciones de paz, en las que se expresen los ideales de la encíclica del Papa Francisco "Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social", y las personas pasen del "yo" al "nosotros", en un espíritu de solidaridad.
El Papa León animó a los grupos a ser "levadura de unidad, comunión y fraternidad".
"La fraternidad necesita ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada, con la esperanza confiada de que es posible gracias al amor de Dios, 'derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo'", dijo.