CIUDAD DEL VATICANO -- Si alguien "no es cuidador del jardín (de la creación de Dios), el ser humano se convierte en su devastador", afirmó el Papa León XIV.
Mientras la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP30) continuaba en Brasil, el Papa dedicó su audiencia general del 19 de noviembre a explicar cómo la muerte y resurrección de Jesús deben llevar a los cristianos a una "espiritualidad de la ecología integral", que busca el bien de la persona humana y del planeta.
Creer en Cristo no aísla a los cristianos del mundo y sus preocupaciones, dijo el Papa, sino que los motiva a compartir con los demás cómo la fe genera esperanza y acción, incluyendo el tipo de conversión necesaria para cuidar mejor a los pobres y a la tierra.
Sin compromisos concretos, dijo, "las palabras de la fe se quedan sin conexión con la realidad y las palabras de la ciencia se quedan fuera del corazón".
"Si lo permitimos, el acto salvífico de Cristo puede transformar todas nuestras relaciones: con Dios, con otras personas y con la creación", dijo el Papa León en sus comentarios en inglés.
Los cristianos "debemos permitir que la semilla de la esperanza cristiana dé fruto, convierta nuestros corazones e influya en la forma en que respondemos a los problemas a los que nos enfrentamos", incluido el apremiante problema del cambio climático y, en particular, su impacto en las personas más pobres del mundo, continuó el Santo Padre.
"Como seguidores de Jesús, estamos llamados a promover estilos de vida y políticas que se centren en la protección de la dignidad humana y de toda la creación", concluyó en inglés.
"La esperanza cristiana responde a las exigencias de nuestro tiempo en materia de clima y medio ambiente", dijo a los peregrinos de habla portuguesa.
La audiencia comenzó con la lectura del relato del Evangelio de Juan sobre María Magdalena llorando cerca de la tumba de Jesús, sin reconocer al Señor resucitado, sino pensando que era el jardinero.
En cierto modo, Jesús es el jardinero, dijo el Papa en su catequesis principal. "El Paraíso no está perdido, sino que es encontrado (por Jesús)", quien, como una semilla enterrada en la tierra, resucita y da fruto.
La fe en la resurrección y la esperanza en la llegada del reino de Dios son los cimientos de una espiritualidad ecológica y una "conversión que cambian la historia y suponen un compromiso público, situando a los cristianos del mismo lado que tantas personas --entre ellas muchos jóvenes-- que han escuchado y sentido resonar en sus corazones la llamada divina a cuidar de los pobres y de la tierra", se leía en la traducción de los saludos y catequesis del Papa en portugués.
El Papa León animó a los asistentes a la audiencia a "invocar al Espíritu para que nos ayude a cuidar, con la misma fe, de nuestra casa común y de nuestros corazones".
Antes de la audiencia, el Papa se reunió en privado con el gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, quien le entregó una invitación formal para visitar Chicago y varias latas de cerveza "Da Pope", producida por Burning Bush Brewery.
"La pondremos en la nevera", se oye decir al Papa en un breve vídeo difundido por Vatican Media.
El gobernador declaró a la cadena de televisión NBC 5 Chicago que él y el Papa León hablaron sobre la inmigración. "Él cree firmemente que es nuestra obligación como seres humanos defendernos unos a otros, especialmente porque los inmigrantes suelen ser los más vulnerables", afirmó Pritzker.
