Si bien Santa Teresa de Ávila se destacó en muchos aspectos, su unión con Cristo a través de la oración la convirtió en una "mujer excepcional", expresó el papa Francisco.

En un mensaje de video del 15 de abril, con motivo del 50 aniversario de la proclamación de Santa Teresa de Ávila como doctora de la iglesia, el Santo Padre señaló que la "audacia, creatividad, y excelencia como reformadora de esta santa española son fruto de la presencia interior del Señor".

"Estamos tratando con una persona que se destacó en muchos aspectos", manifestó. Sin embargo, no hay que olvidar que su reconocida relevancia en estas dimensiones no es más que la consecuencia de lo que para ella era importante: su encuentro con el Señor, su 'decidida determinación', como ella dice, de perseverar en unión con él a través de la oración".

El mensaje de video del Sumo Pontífice se reprodujo durante una conferencia titulada "Mujer excepcional", celebrada en la Universidad Católica de Santa Teresa de Ávila en España.

En su mensaje, el papa dijo que la santidad no es una virtud reservada para los "especialistas de lo divino", sino que es la "vocación de todos los creyentes".

Los santos, como Santa Teresa, "nos estimulan y nos motivan, pero no es para que tratemos literalmente de copiarlos", acotó. "La santidad no se puede copiar porque incluso eso podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para cada uno de nosotros".

"Lo importante", continúo diciendo, "es que cada creyente discierna su propio camino, cada uno de nosotros tiene su propio camino de santidad, de encuentro con el Señor".

El camino que siguió Santa Teresa, que "la convirtió en una mujer excepcional y en una persona de referencia a lo largo de los siglos", fue el de la oración, que es un camino "abierto a todos aquellos que se abren humildemente a la acción del Espíritu en sus vidas."

Sin embargo, agregó, "ese camino no está abierto a quienes se consideran puros y perfectos, los cátaros de todos los siglos", refiriéndose al movimiento gnóstico del siglo XII.

En cambio, el camino de la oración está abierto "a quienes, conscientes de sus pecados, descubren la belleza de la misericordia de Dios, que acoge a todos, redime a todos, y llama a todos a su amistad", dijo el Santo Padre.

El papa Francisco pidió a los cristianos que miren el ejemplo de Santa Teresa de Ávila y su unión con Dios a través de la oración porque es "solo su compañía lo que nuestro corazón desea y (lo) que nos da la plenitud y la alegría para la que hemos sido creados".

"Como esta doctora de la iglesia, nosotros vivimos tiempos difíciles, no tiempos fáciles, que necesitan amigos fieles de Dios, amigos fuertes", dijo. "La gran tentación es ceder al desencanto, a la resignación, al presentimiento fatal e infundado de que todo saldrá mal. Ese pesimismo infértil, ese pesimismo de personas incapaces de dar la vida".