CIUDAD DEL VATICANO -- Todas las formas de inteligencia artificial deben utilizarse para aliviar el sufrimiento humano, promover el desarrollo integral y ayudar a poner fin a guerras y conflictos, no para aumentar la desigualdad y la injusticia en el mundo, dijo el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2024.

"La inteligencia artificial debería estar al servicio de un mejor potencial humano y de nuestras más altas aspiraciones, no en competencia con ellos", dijo el Papa en su mensaje para la conmemoración del 1 de enero.

El mensaje, "Inteligencia artificial y paz", iba dirigido a todos los hombres y mujeres del mundo, y en particular a los jefes de estado y de gobierno y a los líderes de las distintas religiones y de la sociedad civil. Se dio a conocer el 14 de diciembre en una conferencia de prensa en el Vaticano.

El mensaje del Papa subrayó que "es preciso reforzar o, si es necesario, instituir organismos encargados de examinar las cuestiones éticas emergentes y de tutelar los derechos de los que utilizan formas de inteligencia artificial o reciben su influencia".

El impacto de cualquier forma de inteligencia artificial "no sólo depende del proyecto, sino también de los objetivos y de los intereses del que los posee y del que los desarrolla, así como de las situaciones en las que se usan", afirmó.

Un resultado positivo "sólo será posible si somos capaces de actuar de forma responsable y de respetar los valores humanos fundamentales como 'la inclusión, la transparencia, la seguridad, la equidad, la privacidad y la responsabilidad'", dijo el Papa.

Los enormes avances de las nuevas tecnologías de la información, dijo, presentan "entusiasmantes oportunidades y graves riesgos, con serias implicaciones para la búsqueda de la justicia y de la armonía entre los pueblos".

Hay que plantearse muchas preguntas urgentes, añadió, entre ellas: "¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y largo plazo, de estas nuevas tecnologías digitales? ¿Y qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos y de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz?".

El Papa Francisco dijo: "Es necesario ser conscientes de las rápidas transformaciones que están ocurriendo y gestionarlas de modo que se puedan salvaguardar los derechos humanos fundamentales, respetando las instituciones y las leyes que promueven el desarrollo humano integral".

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, dijo a periodistas en el Vaticano el 14 de diciembre que "como cualquier otro producto del ingenio humano, la inteligencia artificial es aceptable si sirve al bien común, protege el valor inalienable de la persona humana y promueve los derechos fundamentales".

"Las inteligencias artificiales ya ejercen una enorme influencia y lo harán cada vez más", dijo el cardenal, "pero no sabemos a dónde nos llevará la IA en la política y el comercio, la cultura y el medio ambiente, etc., por lo que todos debemos estar mejor informados sobre los desarrollos a medida que se producen, para hablar y asumir responsabilidades".

En su mensaje, el Santo Padre señaló tecnologías y avances específicos en el mundo de la inteligencia artificial que requieren atención y supervisión urgentes, como: el aprendizaje automático o profundo; los sistemas de vigilancia; los sistemas de crédito social o de clasificación; y los sistemas de armas autónomos letales o LAW por sus siglas en inglés.

El armamentismo de la inteligencia artificial a través de los sistemas de armas autónomos, dijo, "es un gran motivo de preocupación ética. Los sistemas de armas autónomos no podrán ser nunca sujetos moralmente responsables", por lo que "es imperioso garantizar una supervisión humana adecuada, significativa y coherente de los sistemas de armas".

Las naciones son responsables de regular la IA en casa y "las organizaciones internacionales pueden desempeñar un rol decisivo en la consecución de acuerdos multilaterales y en la coordinación de su aplicación y actuación", dijo el Papa Francisco, pidiendo a la comunidad mundial de naciones que trabajen juntas para adoptar "un tratado internacional vinculante que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas".

La regulación debe tener como objetivo no sólo prevenir las prácticas perjudiciales, sino también fomentar las mejores prácticas, añadió.

Fundamentalmente, dijo, en un mundo de posibilidades tecnológicas aparentemente ilimitadas, se corre el riesgo de caer presa de un "sistema tecnocrático", que "alía la economía con la tecnología y privilegia el criterio de eficiencia, tendiendo a ignorar todo aquello que no esté vinculado con sus intereses inmediatos".

"El ser humano, en efecto, mortal por definición, pensando en sobrepasar todo límite gracias a la técnica, corre el riesgo, en la obsesión de querer controlarlo todo, de perder el control de sí mismo", afirmó el Papa. "Y en la búsqueda de una libertad absoluta, (corremos el riesgo) de de caer en la espiral de una dictadura tecnológica".

"Animado por una prometeica presunción de autosuficiencia, las desigualdades podrían crecer de forma desmesurada, y el conocimiento y la riqueza acumularse en las manos de unos pocos, con graves riesgos para las sociedades democráticas y la coexistencia pacífica", dijo.

Barbara Caputo, profesora de Ingeniería Informática e Inteligencia Artificial en la Universidad Politécnica de Turín, declaró en la conferencia de prensa del Vaticano que, aunque la IA no es nueva, lo que es diferente hoy en día es la cantidad de información recopilada sobre las personas y "la concentración de recursos" en tan pocas manos.

La concentración de datos, talento humano, recursos económicos y capacidades informáticas en manos de menos entidades significa que el beneficio será su única o principal motivación, dijo. "El Papa nos recuerda con su mensaje que la inteligencia artificial está hecha por personas para personas, y debe volver a ser para todos para que pueda ser realmente un instrumento para la paz", añadió.

Ella apoyó la petición del Papa en su mensaje de una educación y unos métodos de formación adecuados.

"Debemos comprometernos a garantizar una formación técnica de calidad en inteligencia artificial a todos los jóvenes, mujeres y hombres, de todo el mundo, que deseen poner sus talentos al servicio de esta disciplina, con dedicación y entusiasmo", afirmó la experta.

Cuantas más "voces técnicas autorizadas" haya de todo el mundo, dijo, más podrán aportar "la riqueza de su experiencia, historia y cultura al desarrollo técnico de la inteligencia artificial que ha de venir".

El Papa Francisco dijo que esperaba que su mensaje "anime a hacer que los progresos en el desarrollo de formas de inteligencia artificial contribuyan, en última instancia, a la causa de la fraternidad humana y de la paz. No es responsabilidad de unos pocos, sino de toda la familia humana".