ROMA -- Durante la audiencia general de los miércoles, el Papa Francisco se refirió al informe de una comisión independiente en Francia, que encontró más de 330,000 casos de abuso sexual por parte de sacerdotes y religiosas, diciendo que este es un “momento de vergüenza”.
“Por desgracia, las cifras son considerables”, dijo Francisco, visiblemente conmovido. “Me gustaría expresar a las víctimas mi tristeza y dolor por el trauma que han sufrido. Y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza, por el hecho de que la Iglesia no les haya puesto durante demasiado tiempo en el centro de sus preocupaciones. Les aseguro mis oraciones”.
El papa también pidió a los presentes rezar con él, para que “a ti Señor, la Gloria, a nosotros, la vergüenza. Este es el momento de la vergüenza”.
“Animo a los obispos, a los superiores y a los religiosos a que sigan haciendo todo lo posible para que no se repitan tragedias similares,” dijo el pontífice, expresando después también su cercanía y apoyo a los sacerdotes de Francia en este momento de prueba, que es “duro pero necesario,” e invitó a todos los católicos de ese país a “asumir sus responsabilidades para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos.”
No es la primera vez que el papa argentino se refiere a informes detallando los crímenes cometidos por miembros de la iglesia, luego de que estos son publicados. Por ejemplo, el año pasado, cuando el Vaticano publicó el informe sobre el ex sacerdote y ex cardenal Theodore McCarrick, Francisco se comprometió públicamente a “erradicar” los abusos sexuales de la Iglesia católica.
Según informa Associated Press, unos 330.000 menores habrían sido víctimas de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica de Francia en los últimos 70 años, estimó un importante reporte francés publicado el martes, el primero que reconoce este devastador fenómeno en el país.
La cifra incluye las agresiones cometidas por unos 3.000 sacerdotes y otras personas relacionadas con la Iglesia, unos delitos que las autoridades católicas cubrieron durante años de “forma sistemática”, dijo el presidente de la comisión que publicó el reporte, Jean-Marc Sauvé.
La comisión instó a la Iglesia a tomar acciones firmes, denunciando las “faltas” y el “silencio”. Pero también pidió al estado francés que ayude a compensar a las víctimas, especialmente en los casos que han prescrito.
El informe de la Comisión Independiente se elaboró durante 31 meses a petición de la Conferencia Episcopal Francesa, y estudió casos de abusos a menores en la Iglesia católica en Francia en los últimos 70 años, tanto por parte de religiosos como de laicos que cometieron abusos mientras trabajaban para la institución, por ejemplo, como docentes en colegios católicos.
El informe, de más de 2,500 páginas, dice que unos 3.000 abusadores de niños, dos tercios de ellos sacerdotes, trabajaron en la iglesia durante las siete décadas analizadas. La cifra total de víctimas, que asciende a más 330,000 incluye unas 216.000 personas maltratadas por sacerdotes, obispos y religiosos.
“Las consecuencias son muy graves”, dijo Sauvé el martes, durante una conferencia de prensa en la que presentó el informe. “Aproximadamente el 60% de los hombres y mujeres que fueron abusados sexualmente enfrentan problemas importantes en su vida sentimental o sexual”.
La investigación fue solicitada por la conferencia episcopal, que busca hacer frente a la crisis de los abusos sexuales dentro del seno de la iglesia, reconociendo la necesidad de que los crímenes, y su vergonzoso encubrimiento, salgan a luz.
Según el informe, entre 2.900 y 3.200 religiosos o sacerdotes se habrían visto involucrados en distintos tipos de abusos sexuales, lo que equivale al 3% de los consagrados en Francia. La mayoría ya han fallecido.
Sigue a Inés San Martín en Twitter: @inesanma