ROMA -- Las personas deben apasionarse por servir a los demás y cuidar a los que sufren, expresó el papa Francisco.
"Señor, encomendamos a tu corazón la vocación del cuidado -- hagamos sentir especial a cada persona que se acerca a nosotros en necesidad", dijo en una homilía dirigida a personal médico y docente, estudiantes, pacientes, y otras personas en una misa que fue celebrada fuera de la escuela de medicina conectada al hospital Gemelli de Roma, donde fue paciente durante 10 días en julio.
El Sumo Pontífice presidió la misa en la Universidad del Sagrado Corazón de Roma el 5 de noviembre -- el primer viernes del mes, que muchos dedican al sagrado corazón de Jesús. La universidad, que fue fundada en Milán y tiene cuatro campus satélites en Italia, es una de las universidades católicas más grandes del mundo y se encuentra celebrando su centenario.
La misa marcó el 60 aniversario de la fundación del Departamento de Medicina y Cirugía Agostino Gemelli de la universidad en Roma, conocido informalmente como "el hospital del papa", ya que es donde los papas suelen acudir para recibir tratamiento médico. El papa Francisco se sometió a una cirugía de colon allí en julio.
En su homilía, el Santo Padre reconoció la fatiga y los desafíos que enfrenta el personal médico, no solo en sus deberes cotidianos, sino también cuando se trata de lidiar con enfermedades raras o no detectadas y al querer brindar a todos la misma atención médica de alta calidad.
"Podríamos desanimarnos. Por eso necesitamos consuelo", acotó. El consuelo se encuentra en el sagrado corazón de Jesús, "que late por nosotros, siempre al ritmo de estas palabras: 'Ten ánimo, no temas, aquí estoy'".
"Animo, hermanos y hermanas, no se den por vencidos; el Señor, su Dios, es mayor que sus males, él los toma de la mano y los acaricia, está cerca, es compasivo, y gentil. Él es su consuelo", afirmó.
Las personas -- en particular aquellas cuyo campo laboral es el de la atención de la salud -- también necesitan la fortaleza de la memoria, indicó. Reflexionar sobre el sagrado corazón de Jesús recuerda a la gente la bondad y el amor ilimitados que ofrece libre e incondicionalmente.
Las personas suelen estar tan ocupadas todos los días que se olvidan de recordar este amor y de sentir la misma compasión por los demás, expresó el papa Francisco.
Durante "este tiempo de pandemia, sería bueno que recordemos también los momentos difíciles, no para entristecernos, pero para no olvidar y para guiarnos en nuestras elecciones con la luz de un pasado muy reciente", dijo.
El "arte de recordar" debe practicarse no dejando que el día termine en agotamiento, sino tomando nota y apreciando todos los rostros, sonrisas, e intercambios amistosos que ocurrieron a lo largo del día, dijo. Recordar estos pequeños gestos también es importante para dar sentido a los enfermos, dijo, y explicó que la "terapia del recuerdo" restaura y cura el corazón.
El sagrado corazón de Jesús también refleja lo importante que es tener pasión, manifestó el Santo Padre.
"Si queremos amar de verdad a Dios, tenemos que apasionarnos por la humanidad, por cada persona", sobre todo por los que viven en el dolor y son abandonados o descartados, dijo.
"Pidamos la gracia de apasionarnos por las personas que sufren, por el servicio, para que la iglesia, antes de decir nada, resguarde un corazón que palpita de amor", dijo.