El Papa Francisco se reúne con párrocos de todo el mundo que fueron elegidos por sus obispos para compartir sus reflexiones con el Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad 2 de mayo de 2024, en el Aula del Sínodo en el Vaticano. (Foto CNS/Vatican Media)
CIUDAD DEL VATICANO -- Cuanto más capaciten los párrocos a sus feligreses para compartir la responsabilidad de la misión de la Iglesia, más aprenderán a liberar su ministerio de aquellos aspectos que desgastan, escribió el Papa Francisco.
"Nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas", escribió el Papa en una carta a los más de 200 párrocos de todo el mundo que se reunieron del 29 de abril al 2 de mayo para dar su aportación al Sínodo de los Obispos sobre la sinodalidad.
"Si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia", escribió el Papa.
La carta del Papa Francisco, que comienza agradeciendo a los párrocos su generoso servicio, fue publicada por el Vaticano después de que el Papa y los párrocos mantuvieran una reunión a puerta cerrada en el Vaticano.
Cuanto más fuerte sea el sentido de responsabilidad compartida en una parroquia, dijo el Papa, más podrán concentrarse los sacerdotes en el "núcleo más auténtico" de su ministerio: "anunciar la Palabra y reunir a la comunidad partiendo el pan".
El Papa Francisco hizo tres sugerencias a los sacerdotes sobre cómo deben promover una Iglesia más sinodal y misionera, empezando por sus parroquias.
Un don específico del sacerdocio, escribió, es la capacidad de identificar y fomentar los dones que el Espíritu Santo da a los laicos en sus parroquias, que están destinados a beneficiar a toda la comunidad y su alcance
Fomentando esos dones, dijo, "harán surgir muchos tesoros escondidos y se encontrarán menos solos en la gran tarea de evangelizar".
Y, añadió, experimentarán "la alegría de una genuina paternidad que no sobresale, sino que hace emerger en los otros, hombres y mujeres, muchas potencialidades valiosas".
En segundo lugar, el Papa Francisco instó a los sacerdotes a convertirse en expertos en "el arte del discernimiento comunitario", especialmente utilizando el método de "conversación en el Espíritu", como se utilizó en la asamblea de octubre del Sínodo de los Obispos. El método consiste en alternar periodos de oración, escuchar a cada participante sin interrupción y luego subrayar los puntos clave o comunes antes de iniciar un debate.
Lo tercero que el Papa pidió a los sacerdotes es que "basen todo en el intercambio y la fraternidad entre ustedes y con sus obispos".
"No podemos ser auténticos padres si no somos ante todo hijos y hermanos", dijo. "Y no seremos capaces de suscitar comunión y participación en las comunidades que nos son confiadas si no las vivimos en primer lugar entre nosotro".
"Sé bien que, en la sucesión de las responsabilidades pastorales, ese compromiso podría parecer un añadido o incluso tiempo perdido, pero en realidad es lo contrario", escribió el Papa. "En efecto, sólo así somos creíbles y nuestra acción no desbarata lo que otros ya han construido".
El Papa Francisco dijo que la necesidad de compartir y apoyarse entre sacerdotes y con sus obispos "surgió con fuerza" en una conferencia internacional sobre formación sacerdotal celebrada en el Vaticano en febrero, y también se mencionó repetidamente en los informes de los pequeños grupos de pastores durante sus reflexiones en un centro de retiros a las afueras de Roma en los tres días previos a su encuentro con el Papa.
Los párrocos, que fueron elegidos por sus conferencias episcopales o por el sínodo de los obispos católicos orientales para participar en el encuentro, deben volver a casa como "misioneros de la sinodalidad", dijo el Papa, y "animando la reflexión sobre la renovación del ministerio del párroco en clave sinodal y misionera".