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Dios siempre espera, y va en busca de los que están perdidos, dice el Papa

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CIUDAD DEL VATICANO -- El Evangelio contiene un gran mensaje de esperanza, "porque nos dice que sea cual sea el lugar en el que nos hayamos perdido, sea cual sea el modo en el que nos hayamos perdido, ¡Dios viene siempre a buscarnos!", dice el texto de la audiencia general semanal del Papa Francisco.

"Podemos tener esperanza porque sabemos que el Padre nos espera", escribió en el texto para su audiencia del 16 de abril. "Nos ve desde lejos y siempre deja la puerta abierta".

Durante las semanas que el Papa Francisco no ha estado celebrando sus audiencias generales por encontrarse aún convaleciente de una neumonía bilateral y múltiples infecciones, el Vaticano ha ido publicando cada miércoles los textos preparados para el evento.

Durante el Año Santo 2025, las audiencias del Santo Padre se han centrado en "Jesucristo, nuestra esperanza". Después de su serie de catequesis sobre las historias evangélicas de los encuentros de Jesús con diferentes personas y cómo su encuentro cambió sus vidas, el texto del 16 de abril inició una nueva serie sobre algunas parábolas y cómo animan a los fieles a considerar: "¿Dónde estoy yo en esta narración?"

En este nuevo ciclo de catequesis, el Papa se centró en el relato de San Lucas de la parábola de Jesús sobre el hijo pródigo, que retrata "el corazón del Evangelio de Jesús, es decir, la misericordia de Dios", escribió el Papa.

Jesús cuenta esta parábola y las de la oveja perdida y la moneda perdida a "los fariseos y los escribas, que murmuraban porque Él comía con los pecadores", escribió el Papa Francisco. "Por eso se podría decir que es una parábola dirigida a aquellos que se han perdido, pero no lo saben y juzgan a los demás".

"El Evangelio quiere entregarnos un mensaje de esperanza" porque dice que siempre que un hijo de Dios se pierde, Dios lo busca o lo espera, escribió.

"El amor es siempre un compromiso, siempre hay algo que debemos perder para ir al encuentro del otro", decía el texto del Papa.

El hijo menor de la parábola sólo piensa en sí mismo, lo que puede verse en algunas personas que "no consiguen mantener una relación porque son egoístas", escribió. En lugar de "encontrarse" a sí mismos huyendo, pero se pierden "porque sólo cuando vivimos para alguien vivimos de verdad".

"Este hijo menor, como todos nosotros, tiene hambre de afecto, quiere que le quieran. Pero el amor es un don precioso, hay que tratarlo con cuidado. Él, en cambio, lo desperdicia, se malvende, no se respeta a sí mismo" y se hace vulnerable a una relación de esclavitud por afecto, escribió. "El riesgo es que en esos momentos empecemos a mendigar afecto y nos aferremos al primer amo que se nos presenta".
"Solo quien nos quiere de verdad puede liberarnos de esta visión falsa del amor", escribió. "En la relación con Dios vivimos precisamente esta experiencia".

El Papa elogió el cuadro de Rembrandt del siglo XVII, "El regreso del hijo pródigo", por cómo el pintor representó al joven con la cabeza rapada, "como la de un penitente", pero también como la de un niño, "porque ese hijo está renaciendo. Y luego, las manos del padre: una masculina y otra femenina, para describir la fuerza y la ternura en el abrazo del perdón".

Sin embargo, escribió el Papa, Jesús cuenta esta parábola a aquellos a los que representa el hijo mayor: el que siempre se quedaba en casa con su padre, pero estaba distante de él en su corazón.

"Este hijo tal vez también hubiera querido irse, pero por miedo o por obligación se quedó allí, en esa relación", escribió el Papa. "Paradójicamente, al final es precisamente el hijo mayor el que corre el riesgo de quedarse fuera de casa, porque no comparte la alegría de su padre".

"El padre también sale a su encuentro. No lo regaña ni lo llama al deber. Solo quiere que sienta su amor. Lo invita a entrar y deja la puerta abierta", escribió el Papa.

El Papa Francisco pidió a los fieles que consideren y se pregunten "dónde estamos nosotros en este maravilloso relato. Y pidámosle a Dios Padre la gracia de poder encontrar nosotros también el camino para volver a casa".

Carol Glatz
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Carol Glatz