ROMA - Al declarar santos a 10 mujeres y hombres, entre ellos un monje mártir considerado pionero de las relaciones católico-musulmanas y un sacerdote-periodista asesinado por los nazis, el Papa Francisco dijo el domingo que la santidad no está fuera del alcance sino que se encuentra "entre los pucheros de la cocina".
La santidad, dijo Francisco, se ha idealizado en exceso y se ha convertido en "nuestra heroicidad personal, nuestra capacidad de renuncia, nuestra disposición a la abnegación para alcanzar una recompensa", convirtiéndola así en una "meta inalcanzable."
El Papa pudo ponerse de pie y desplazarse hasta el altar durante la ceremonia, a pesar de los intensos dolores de rodilla que le han obligado a cancelar algunos actos en las últimas semanas; también ha aparecido en público utilizando una silla de ruedas.
"Hemos separado [la santidad] de la vida cotidiana, en lugar de buscarla y abrazarla en nuestras rutinas diarias, en el polvo de las calles, en las pruebas de la vida real y, en palabras de Santa Teresa de Ávila a sus hermanas, 'entre los puchers de la cocina'", dijo el Papa.
Entre los declarados santos el domingo está Charles de Foucauld, un sacerdote trapense que dejó la orden para vivir como ermitaño pobre entre los pueblos bereberes del norte de África, mayoritariamente musulmanes. Foucauld pasó más de una década aprendiendo su cultura y su lengua antes de ser asesinado en su ermita en 1916. Sus escritos inspiraron la fundación, tras su muerte, de los Hermanitos de Jesús y las Hermanitas de Jesús.
Como muestra de la estima que se tiene a Foucald, Argelia estuvo representada en la ceremonia de canonización por Bouabdellah Ghlamallah, presidente del Alto Consejo Islámico, considerado la principal autoridad religiosa del país.
Otro nuevo santo es Tito Brandsma, sacerdote carmelita holandés, martirizado en el campo de concentración de Dachau.
Ordenado en 1905, Brandsma fue enviado a Roma, donde fue corresponsal de varios periódicos y revistas holandeses. A su regreso, fundó la revista Karmelrozen y, en 1935, fue nombrado capellán de la asociación de periodistas católicos holandeses. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue detenido y enviado a Dachau por traición tras defender a los judíos y animar a los periódicos católicos a no imprimir propaganda nazi. Fue asesinado con una inyección letal en 1942 a la edad de 61 años.
Un grupo de periodistas holandeses, con el apoyo de algunos corresponsales extranjeros radicados en Roma, ha lanzado una petición para que el Papa Francisco le nombre patrón de los periodistas, honor que actualmente se concede a San Francisco de Sales. El ministro de Asuntos Exteriores del país, Wopke Hoekstra, estuvo presente en la canonización del domingo.
Otros nuevos santos canonizados el domingo son:
- Devasahayam Pillai, laico y padre indio que nació en una familia hindú de casta alta en 1712 y se convirtió al cristianismo en 1745.
- César de Bus, fundador francés de los Padres de la Doctrina Cristiana, congregación religiosa dedicada a la educación, la pastoral y la catequesis.
- Luigi Maria Palazzolo, sacerdote italiano y fundador de la Congregación de las Hermanas de los Pobres.
- Giustino Maria Russolillo, italiano, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones masculinas y de las Hermanas Vocacionistas.
- Anna Maria Rubatto, fundadora de la orden hoy conocida como las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto.
- Maria Domenica Mantovani, cofundadora y primera superiora general de las Hermanitas de la Sagrada Familia.
- Marie Rivier, francesa que fundó las Hermanas de la Presentación de María en 1796, en tiempos de la Revolución Francesa.
- Carolina Santocanale, también conocida como Beata María de Jesús, monja italiana nacida en 1852, que fundó la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada de Lourdes.
El grupo elevó a 909 el número de santos que el Papa Francisco ha reconocido durante su pontificado, incluidos los 813 "mártires de Otranto" que fueron asesinados en la ciudad del sur de Italia en 1480 y declarados santos en 2013, así como los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.
Miles de peregrinos participaron en la celebración, celebrada en la Plaza de San Pedro bajo un cielo azul inmaculado. Procedentes de Francia, España, los Países Bajos, la India y varias ciudades italianas, la plaza tenía el aspecto de unos Juegos Olímpicos Católicos, con las gradas aplaudiendo con fuerza cada vez que se mencionaba a su santo.
La celebración del domingo fue también otra señal de que las cosas se están normalizando tras un paréntesis de dos años en muchos eventos del Vaticano debido a la pandemia del COVID-19. La última ceremonia de canonización se había celebrado el 13 de octubre de 2019 e incluyó a San Juan Enrique Newman.
Llevar una vida santa, dijo el Papa Francisco el doming, significa seguir el mandamiento de Dios de amarlo a él y a los demás, lo que significa que "debemos preguntarnos: "¿Qué hago por los demás?" y seguir nuestra vida cotidiana con espíritu de servicio, con amor desinteresado y sin buscar ninguna recompensa.
El servicio, insistió, significa no ponerse en primer lugar, sino "limpiar nuestros sistemas del veneno de la avaricia y la competitividad; combatir el cáncer de la indiferencia y el gusano de la autorreferencialidad; compartir los carismas y los dones que Dios nos ha dado".
Una llamada telefónica o el simple hecho de pasar tiempo con una persona necesitada puede ayudar mucho a superar el egoísmo.
Es importante que los cristianos tengan en cuenta, dijo, que la vida de fe no comienza con la doctrina o las buenas obras, sino con la comprensión de que "somos amados", incluso antes de que "cualquier ser humano nos viera".
"Mientras el mundo trata de convencernos con frecuencia de que somos valorados sólo por lo que podemos producir, el Evangelio nos recuerda la verdad real de la vida: somos amados", dijo Francisco.
En medio de la oscuridad y las tempestades de la vida, insistió el pontífice, lo más importante de todo es recordar que "Dios nos ama."