Cuando comenzó la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, el papa Francisco instó a los líderes mundiales a tomar medidas para detener los efectos adversos del cambio climático.

Al dirigirse a los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro el 31 de octubre para su discurso del Ángelus, el papa instó a los cristianos a orar "para que se escuche el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres".

Cuando los líderes mundiales se junten en Glasgow, Escocia, para la conferencia, también conocida como COP26, también dijo que esperaba que pudieran "brindar respuestas eficaces, ofreciendo esperanzas concretas a las generaciones futuras".

El papa se reunió con varios líderes mundiales que estaban en Roma para la cumbre del G-20 antes de la conferencia en Glasgow del 31 de octubre hasta el 12 de noviembre. Entre los lideres con los cuales se reunió: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el presidente de India, Narendra Modi.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, encabezó la delegación de la Santa Sede a la cumbre COP26.

En una entrevista el 30 de octubre con Vatican News, el cardenal Parolin dijo que la necesidad de abordar el cambio climático es un "desafío cultural para promover el bien común y un cambio de perspectiva que colocará la dignidad humana en el centro de cada acción".

La pandemia de COVID-19 ha mostrado la necesidad de un "cambio de dirección" para abordar la crisis climática mediante el fortalecimiento de "la alianza entre los seres humanos y el medio ambiente natural, con especial preocupación por los pueblos más vulnerables", dijo.

Si bien los datos recientes sobre los esfuerzos de la comunidad internacional para combatir el cambio climático indican una falta de "voluntad política clara", dijo, un cambio de rumbo serio debe involucrar a todos, especialmente a los jóvenes.

"En las palabras del llamamiento firmado por los líderes religiosos: 'Hemos heredado un jardín: no debemos dejar un desierto a nuestros hijos'", dijo el cardenal, citando a representantes que se reunieron con el papa en el Vaticano a principios de octubre pidiendo acción.

"La COP26 representa una ocasión importante para afirmar concretamente cómo pretendemos lograr precisamente eso", dijo.

"Es la esperanza de la Santa Sede que la COP26 reafirme la centralidad del multilateralismo y de la acción, también con respecto a los llamados actores no estatales", dijo el cardenal. "Dado el lento progreso logrado hasta ahora, la conferencia de Glasgow resultará bastante importante, ya que medirá y motivará la voluntad colectiva y el nivel de ambición de los estados individuales".