CIUDAD DEL VATICANO -- El papa Francisco animó a los jóvenes católicos a tomar un papel activo -- no a ser espectadores -- en la misión de la iglesia.

"Ustedes no son gente de museo, sino que están caminando con valentía creativa, siendo cálidos y teniendo un impulso misionero", declaró el papa a cientos de hombres y mujeres jóvenes pertenecientes a la Comunidad Católica Shalom el 26 de septiembre.

La Comunidad Católica Shalom, fundada en Brasil en 1982, ofrece a sus miembros la oportunidad de participar en "una vida comunitaria y misionera para llevar el Evangelio de Jesucristo a todos los hombres y mujeres, especialmente a los que están lejos de Cristo y de la iglesia", decía su sitio web.

En 2007, fue reconocida por el entonces Pontificio Consejo para los Laicos como asociación internacional de fieles.

Al señalar que el movimiento comenzó hace 40 años "durante una celebración eucarística", el pontífice manifestó que era importante que la comunidad de Shalom "no nació 'en la mesa', con un plan hermoso" creado por el fundador del movimiento, Moysés Louro de Azevedo Filho.

En cambio, dijo, "nació en la oración, en la liturgia".

"La liturgia no es una ceremonia hermosa, un ritual en el que nuestros gestos o, peor aún, nuestras vestiduras están en el centro, ¡no! La liturgia es la acción de Dios con nosotros, y debemos estar atentos a él", expresó.

Durante el encuentro, el Santo Padre escuchó las experiencias y preguntas de varios miembros de México, Congo, y Brasil.

El papa Francisco comenzó su discurso respondiendo una pregunta de Fabiola, una mexicana de 26 años que contó su experiencia de unirse a Shalom después de mudarse a Boston y luego servir como misionera en Roma.

"¿Cómo podemos perseverar en una amistad con Dios en medio de un mundo tan frenético?" ella preguntó. "¿Cómo podemos transmitir esta experiencia en el mundo de hoy, en las universidades, en las familias, y en la misma iglesia?"

Respondiendo a su pregunta, el papa recordó el llamado de Jesús a sus discípulos a "permanecer en mí" y "permanecer en el amor", y dijo que, a través de la oración, la palabra de Dios, la adoración, y el rosario, los cristianos pueden "dar mucho fruto".

"El fruto es el amor, y es el amor de Cristo que toca el corazón de las personas, dondequiera que estemos, en todos los ambientes", indicó el papa. "De nosotros depende asumir el compromiso de permanecer en él, el Espíritu Santo hace el resto. Él es el protagonista, no nosotros".

Respondiendo a una pregunta de Bertrand, un miembro congoleño de 31 años que preguntó cómo los jóvenes mantienen vivo el "espíritu joven" de la evangelización, el Santo Padre dijo que era importante permanecer abiertos al Espíritu Santo, "que renueva los corazones, renueva la vida, renueva la iglesia, y renueva el mundo".

El papa recordó el ejemplo de los muchos jóvenes santos de la Iglesia Católica que han y continúan "edificando la iglesia con su testimonio". También enfatizó la necesidad de que la iglesia "aprenda a no ser paternalista" y mantenga a los jóvenes comprometidos e involucrados.

"A veces involucramos a los jóvenes en iniciativas pastorales, pero no en toda su extensión. Corremos el riesgo de 'usarlos' un poco, para causar una buena impresión. Pero me pregunto: ¿realmente los escuchamos?" preguntó el papa.

El papa Francisco animó a los miembros de la comunidad Shalom a ser "dóciles a la acción del Espíritu Santo" y a estar abiertos a escucharse unos a otros y a la iglesia "para discernir mejor cómo continuar su camino".

Tales acciones "les va a enseñar a asegurar que las diversas formas de vida común dentro de (su movimiento) protejan siempre la propia autonomía y las necesidades de las diferentes vocaciones: de los sacerdotes, de los casados, y de aquellos que han hecho la elección del celibato para la misión", dijo.