CIUDAD DEL VATICANO -- Los ancianos, que a menudo son olvidados, son un tesoro de sabiduría y pueden ayudar a descubrir el verdadero significado de la vida en vez de enfocarse en la alucinación de permanecer eternamente joven, dijo el papa Francisco.
"La juventud es hermosa, pero la eterna juventud es una alucinación muy peligrosa", dijo el papa el 23 de febrero durante su audiencia general del miércoles.
"Ser ancianos es tan importante --y hermoso-- es tan importante como ser jóvenes. Recordemos esto. La alianza entre las generaciones, que devuelve al ser humano todas las edades de la vida, es nuestro don perdido y tenemos que recuperarlo. Ha de ser encontrado en esta cultura del descarte y en esta cultura de la productividad", dijo.
Su discurso durante la audiencia del día fue la primera de una nueva serie dedicada al significado y valor de la vejez. Al señalar que "nunca tan numerosos como ahora", el papa de 85 años dijo los ancianos enfrentan con más frecuencia un riesgo de ser descartados.
"Los ancianos son vistos a menudo como 'un peso'", dijo.
"En la dramática primera fase de la pandemia fueron ellos los que pagaron el precio más alto. Ya eran la parte más débil y descuidada: no los mirábamos demasiado en vida, ni siquiera los vimos morir".
El papa dijo que si bien el actual invierno demográfico ha dado lugar a un mayor número de ancianos que de jóvenes, la "cultura dominante tiene como modelo único el joven-adulto, es decir un individuo hecho a sí mismo que permanece siempre joven".
"La exaltación de la juventud como única edad digna de encarnar el ideal humano, unida al desprecio de la vejez vista como fragilidad, como degradación o discapacidad, ha sido el icono dominante de los totalitarismos del siglo XX. ¿Hemos olvidado esto?" preguntó.
En vez de ser "honrados por los dones que llevan al sentido de la vida de todos", dijo el papa, la vejez, especialmente "en la representación del sentido de la vida —y precisamente en las culturas llamadas 'desarrolladas'— la vejez tiene poca incidencia" y a menudo se considera "una edad que no tiene contenidos especiales que ofrecer, ni significados propios que vivir".
El papa Francisco advirtió que el mundo será despojado de amor si la vejez "no es restituida a la dignidad de una vida humanamente digna", y animó a los cristianos a "invertir pensamientos y afectos en los dones que esta lleva consigo y que aporta a las otras edades de la vida".
"Todo lo hermoso que tiene una sociedad está en relación con las raíces de los ancianos", dijo. "Por eso, en estas catequesis, yo quisiera que la figura del anciano se destaque, que se entienda bien que el anciano no es un material de descarte: es una bendición para la sociedad".