El Papa Francisco advirtió este 22 de septiembre que la Unión Europea debe responder a los sueños de sus padres fundadores y no “una agencia para distribuir las colonizaciones ideológicas de moda”.
Así lo dijo el Santo Padre ante miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI este miércoles para participar a la Audiencia General semanal.
El Pontífice dedicó su catequesis a describir las principales etapas de su reciente viaje apostólico internacional a Hungría y Eslovaquia, dos países al centro de Europa, y confió “durante este viaje en el corazón de Europa pensé a menudo en los padres de la Unión Europea, cómo la soñaron, no como una agencia para distribuir las colonizaciones ideológicas de moda, no, cómo la soñaron ellos”.
En esta línea, el Santo Padre subrayó la importancia de conservar y custodiar las raíces “no como exposiciones de museo, no ideologizadas e instrumentalizadas por intereses de prestigio y de poder, para consolidar una identidad cerrada. No. ¡Esto significaría traicionarlas y esterilizarlas!”, advirtió.
Además, el Papa recordó “la obra evangelizadora” de los santos hermanos Cirilo y Metodio, quienes lo han acompañado “este viaje como una presencia constante”.
Por ello, el Santo Padre indicó que los hermanos santos Cirilo y Metodio “no son para nosotros personajes para conmemorar, sino modelos a imitar, maestros de los que aprender siempre el espíritu y el método de la evangelización, como también el compromiso civil”.
Finalmente, el Papa Francisco señaló que el reciente viaje fue una peregrinación de oración en el corazón de Europa “iniciado con la adoración y concluido con la piedad popular” ya que rezar es “a lo que sobre todo está llamado el Pueblo de Dios: adorar, rezar, caminar, peregrinar, hacer penitencia, y en todo esto sentir la paz y la alegría que nos da el Señor”.
“Nuestra vida debe ser así: adorar, rezar, caminar, peregrinar, hacer penitencia. Y esto tiene una particular importancia en el continente europeo, donde la presencia de Dios se diluye -lo vemos todos los días: la presencia de Dios se diluye- por el consumismo y los ‘vapores’ de un pensamiento único -una cosa rara pero real- fruto de la mezcla de viejas y nuevas ideologías” dijo el Papa.
De este modo, el Santo Padre añadió que "esto nos aleja de la familiaridad con el Señor, de la familiaridad con Dios” y sugirió que “la respuesta que sana viene de la oración, del testimonio y del amor humilde. El amor humilde que sirve” porque “el cristiano está para servir”.