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Elijan al Papa que el mundo necesita, exhorta el decano a los cardenales antes del cónclave

CIUDAD DEL VATICANO-- En la Misa previa al cónclave que elegirá al próximo Papa, el decano del Colegio Cardenalicio instó a sus hermanos cardenales a elegir al pastor que la Iglesia y la humanidad entera necesita "en este momento de la historia tan difícil y complejo".

"El mundo de hoy espera mucho de la Iglesia para la tutela de esos valores fundamentales, humanos y espirituales, sin los cuales la convivencia humana no será mejor ni portadora de bien para las generaciones futuras", dijo el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio, en su homilía.

El cardenal rezó para que María interceda y el Espíritu Santo ilumine a los cardenales electores "y los haga concordes en la elección del Papa que necesita nuestro tiempo".

La Misa del 7 de mayo en la Basílica de San Pedro fue el último acto público antes de que 133 cardenales de 71 países entraran en la Capilla Sixtina para elegir al 267º pontífice y sucesor del Papa Francisco. Sólo los cardenales menores de 80 años podían entrar en el cónclave.

El cardenal Re, de 91 años, presidió la Misa "Pro Eligendo Romano Pontifice" (por la elección del pontífice romano) junto con unos 220 cardenales, incluidos los que entrarían en el cónclave esa tarde. Las oraciones y lecturas hicieron frecuente referencia a la necesidad de elegir a un buen pastor.

Al comienzo de la Misa, mientras el coro entonaba versos de alegría y agradecimiento al Señor extraídos de los Salmos, los cardenales caminaron en procesión por la nave principal de la basílica, con vestiduras de color rojo.

Escucharon al cardenal Re -- quien lideró la entonces Congregación para los Obispos y la Pontificia Comisión para América Latina de 2000 a 2010 -- subrayar la seriedad de la tarea que tenían ante sí y las cualidades que todo Papa, el sucesor de San Pedro, debe encarnar.

"Estamos aquí para invocar el auxilio del Espíritu Santo, para implorar su luz y su fuerza", dijo, "a fin de que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia".

"Rezar, invocando al Espíritu Santo, es la única actitud justa y necesaria, mientras los cardenales electores se preparan a un acto de máxima responsabilidad humana y eclesial, y a una decisión de gran importancia", dijo.

"Un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad", advirtió el cardenal.

Jesús dio a sus discípulos un mandamiento nuevo, "Ámense los unos a los otros, como yo los he amado", dijo; añadiendo que ese tipo de amor es tan grande e ilimitado que incluye dar la vida por los amigos.

Todos sus discípulos de Jesús deben mostrar siempre su "amor auténtico y comprometerse en la construcción de una nueva civilización" del amor, dijo, porque "el amor es la única fuerza capaz de cambiar el mundo".

Este tipo de amor puede ser sorprendente, dijo, como cuando Jesús lavó humildemente los pies de los apóstoles, "sin discriminaciones, sin excluir a Judas que lo iba a traicionar".

De hecho, la cualidad fundamental de un pastor "es el amor hasta el don total de sí", dijo el Cardenal Re.

Esta Eucaristía pre-cónclave y sus lecturas invitan a los cardenales del mundo "al amor fraterno, a la ayuda mutua y al compromiso por la comunión eclesial y la fraternidad humana universal", expresó.

El pastor de la Iglesia universal tiene numerosas responsabilidades, dijo el Cardenal Re, entre ellas fomentar la comunión: "comunión de todos los cristianos con Cristo; comunión de los obispos con el Papa; comunión entre los obispos. No una comunión autorreferencial, sino dirigida totalmente a la comunión entre las personas, los pueblos y las culturas".

"También es fuerte la llamada a mantener la unidad de la Iglesia en la senda trazada por Cristo a los Apóstoles", dijo. Esta unidad "no significa uniformidad, sino una firme y profunda comunión en la diversidad, siempre que se mantenga en plena fidelidad al Evangelio".

"Recemos, por tanto, para que el Espíritu Santo, que en los últimos cien años nos ha dado una serie de pontífices verdaderamente santos y grandes, nos regale un nuevo Papa según el corazón de Dios para el bien de la Iglesia y de la humanidad", dijo el cardenal.

"Recemos para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios", dijo.

El cardenal Re les recordó a los cardenales electores que, mientras rezan y votan en la Capilla Sixtina, "la majestuosa imagen de Miguel Ángel que representa a Jesús Juez" se cierne sobre ellos.

En un poema, San Juan Pablo II expresó su esperanza de que "en las horas de la gran decisión mediante el voto", esa imagen les recordará "la grandeza de la responsabilidad de poner las 'soberanas llaves' en las manos adecuadas", dijo.

Unas cinco horas después de la Misa de apertura del cónclave, los cardenales tenían programado entrar en la Capilla Sixtina, prestar juramento de respetar las reglas del cónclave, escuchar una reflexión final y -- si así lo decidían -- realizar la primera votación.

Los cardenales llevaban dos semanas reuniéndose casi a diario para debatir los asuntos prácticos del periodo de transición papal, los retos a los que se enfrenta la Iglesia y estudiar posibles candidatos al papado.

Carol Glatz
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