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Los primeros 100 días del Papa León: Adaptándose a su nuevo papel

CIUDAD DEL VATICANO -- Los artículos sobre "los primeros 100 días" son habituales al comienzo del mandato de cuatro años de un presidente de Estados Unidos; estos artículos suelen centrarse en lo mucho que el nuevo presidente ha sido capaz de lograr y en lo rápido que lo ha hecho.

Pero un pontífice es elegido de por vida y sin haber prometido nada a los votantes ni haber presentado un programa electoral.

El Papa León XIV fue elegido el 8 de mayo, por lo que el 16 de agosto marcan los 100 días desde que salió al balcón de la basílica de San Pedro como nuevo Papa. El 14 de septiembre celebrará su 70.º cumpleaños.

Si bien los primeros 100 días de un pontificado pueden dar una idea de lo que está por venir, el período inicial del ministerio del Papa León como sucesor de Pedro y obispo de Roma pareció centrarse principalmente en su adaptación al cargo, a las multitudes y al protocolo.

Según el derecho canónico, el Papa "tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente".

En otras palabras, podría haber emitido una serie de órdenes ejecutivas canónicas en sus primeros días en el cargo. En cambio, hizo honor a su reputación de persona que escucha antes de decidir, celebrando una reunión con el Colegio Cardenalicio y reuniones individuales con los jefes de las oficinas del Vaticano.

Al igual que sus predecesores, el Papa León confirmó a los jefes de las oficinas de la Curia de forma temporal pocos días después de su elección. Se esperan algunos nombramientos importantes en septiembre o principios de octubre, empezando por su propio sustituto como prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Sus elecciones para los miembros de su equipo, y si decide crear un Consejo Internacional de Cardenales para que le asesore, enviarán señales no solo sobre lo que quiere hacer, sino también sobre cómo quiere hacerlo. (El Papa Francisco creó el Consejo de Cardenales al principio de su pontificado para que le ayudara con la reforma de la Curia Romana y le asesorara en otros asuntos, pero no convirtió el consejo en un órgano formal).

En septiembre también se debería anunciar dónde vivirá el Papa León. Varios cardenales han dicho que, en los días previos al cónclave, animaron al futuro pontífice, fuera quien fuera, a volver a mudarse al apartamento papal del Palacio Apostólico. La mudanza facilitaría la seguridad, ahorraría dinero al Vaticano y permitiría que la Domus Sanctae Marthae, donde el Papa Francisco decidió vivir, volviera a funcionar plenamente como casa de huéspedes.

En su primer discurso público, momentos después de su elección, el nuevo Papa dijo: "Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de aquellos que sufren".

El Papa León profundizó en los objetivos clave de su ministerio --en un pontificado que fácilmente podría durar 20 años-- durante una reunión con el Colegio Cardenalicio dos días después de su elección.

Pidió a los cardenales que se unieran a él para renovar juntos "nuestra plena adhesión a ese camino, a la vía que desde hace ya decenios la Iglesia universal está recorriendo tras las huellas del Concilio Vaticano II".
Ese camino tenía seis puntos fundamentales que, según el Papa León, "el Papa

Francisco ha recordado y actualizado magistralmente" en su primera exhortación, "La Alegría del Evangelio".

Los seis puntos destacados por el Papa Leo fueron: "el regreso al primado de Cristo en el anuncio; la conversión misionera de toda la comunidad cristiana; el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad; la atención al sensus fidei (el sentido de la fe del pueblo de Dios), especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular; el cuidado amoroso de los débiles y descartados; el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades".

Entre esas realidades se encuentra la amplia atención mediática centrada en la elección del primer pontífice nacido en Estados Unidos, así como el hecho de que personas de todo tipo se sienten libres de utilizar las redes sociales para proclamar lo que el Papa Leo "debería" hacer, "debe" o "no debe" hacer.

Según una encuesta de Gallup realizada en Estados Unidos entre el 7 y el 21 de julio y publicada el 5 de agosto, el papa León era el más apreciado de entre 14 líderes mundiales y personalidades destacadas; el 57 % de los estadounidenses dijo tener una "opinión favorable" de él y el 11 % dijo tener una opinión "desfavorable".

"Estas cifras coinciden en gran medida con las valoraciones del Papa Francisco cuando asumió el cargo en 2013, entonces visto favorablemente por el 58% y desfavorablemente por el 10%, así como con las del Papa Benedicto en 2005: 55% favorable, 12% desfavorable", afirmó Gallup.

Entre los encuestados, los que se identificaban como católicos otorgaron a los tres pontífices valoraciones aún más altas al comienzo de sus pontificados, según el grupo encuestador, "con un 76% de opiniones favorables hacia León, un 80% hacia Francisco y un 67% hacia Benedicto".

A medida que pasaban las semanas tras su elección, el Papa León parecía sentirse más cómodo con la multitud, dedicando más tiempo a bendecir a los bebés y disfrutando de su interacción con la multitud de personas que acudían a la plaza de San Pedro para sus audiencias generales semanales.

En su audiencia general del 6 de agosto, celebrada al aire libre en un día muy caluroso de verano, el Papa terminó su programa formal en menos de una hora y luego pasó otras dos horas y media estrechando manos, posando para fotos con grupos de peregrinos y manteniendo conversaciones inusualmente largas con docenas de parejas de recién casados antes de ofrecerles su bendición.

Como funcionario de la Curia, el futuro Papa tenía fama de ser algo reservado, pero el Papa León ha demostrado que tiene una herramienta especial para conectarse con la multitud: habla inglés y español, además de italiano, el idioma oficial de trabajo del Vaticano.

Su capacidad para cambiar entre los tres idiomas sin esfuerzo quedó plenamente demostrada en el Jubileo de los Jóvenes, celebrado del 28 de julio al 3 de agosto, y el Jubileo de los Misioneros Digitales y los Influencers Católicos, celebrado del 28 al 29 de julio. Los jóvenes aplaudieron con entusiasmo cuando les habló en idiomas que la mayoría podía entender.

Aunque sus raíces estadounidenses y su experiencia misionera en Perú sin duda influirán en su papado, ha sido muy respetuoso con la tradición italiana de no hacer anuncios ni cambios importantes durante las vacaciones de verano.

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Cindy Wooden

Tags: leon xiv