El papa León XIV recibe un obsequio de los miembros del consejo presidente de la conferencia episcopal mexicana en el Vaticano, el 18 de septiembre de 2025. De izquierda a derecha: el arzobispo Jaime Calderón Calderón, de León, vicepresidente; el obispo Ramón Castro Castro, de Cuernavaca, presidente; y el obispo auxiliar Héctor Mario Pérez Villarreal, de Ciudad de México, secretario general. (Foto CNS/Vatican Media)
CIUDAD DEL VATICANO -- Ser misionero significa llevar el Evangelio y sus valores al mundo y transformar la vida de las personas, lo cual puede y debe transformar las sociedades, afirmó el Papa León XIV.
En un mensaje al Congreso Nacional Misionero de México (conocido como CONAMI), el Papa expresó que dondequiera que predican los misioneros, "prosperó la fe, y con ella la cultura, la educación y la caridad".
"La levadura del Evangelio llegó en manos de pocos misioneros. Eran las manos de la Iglesia, que comenzarían a amasar la levadura que portaban consigo --el depósito de la fe-- con la harina nueva de un continente que aún no conocía el nombre de Cristo", expresó. "Al integrarse ambas, dio inicio el lento y admirable proceso de fermentación".
"Así, poco a poco la masa siguió fermentando y el Evangelio se hizo pan capaz de alimentar el hambre más profunda de ese pueblo", dijo a los participantes del congreso, que se celebró en Puebla del 6 al 9 de noviembre.
En México y otros lugares, afirmó el Papa, "el Evangelio Evangelio no borró lo que encontró, sino que lo transformó. Toda la increíble riqueza de los habitantes de aquellas tierras --lenguas, símbolos, costumbres y esperanzas-- fue amasada con la fe, hasta que el Evangelio echó raíces en sus corazones y floreció en obras de santidad y belleza únicas".
El Papa León afirmó que el obispo de Puebla del siglo XVII, el beato Juan de Palafox Mendoza, fue el modelo de "pastor y misionero que entendió su ministerio como servicio y fermento".
Su ejemplo, dijo el Papa, "interpela a los pastores de hoy, pues enseña que gobernar es servir, que formar con seriedad es evangelizar y que toda autoridad, cuando se ejerce según el criterio de Cristo, se convierte en fuente de comunión y de esperanza".
En su vida y escritos, dijo, el beato Palafox "nos muestra que el verdadero misionero no domina, sino que ama; no impone, sino que sirve; y no instrumentaliza la fe para obtener ventajas personales --ni materiales, ni de poder, ni de prestigio--, sino que reparte la fe como pan".
Los misioneros de hoy, dijo el Papa, deben ser "las manos de la Iglesia que coloquen la levadura del Resucitado en la masa de la historia, para que vuelva a fermentar la esperanza".
"No basta con decir: "Señor, Señor", sino que tenemos que hacer la voluntad del Padre ", dijo. "Hay que estar dispuestos a poner las manos en la masa del mundo".
El reino de Dios crecerá, dijo el Papa León, "no por la fuerza ni por número, sino por la paciencia de quienes, con fe y amor, siguen amasando junto a Dios".