CIUDAD DEL VATICANO -- Las oraciones de monjas y monjes son como "oxígeno" para todos los miembros de la Iglesia Católica, dijo el Papa Francisco.
"Su oración es la fuerza invisible que sostiene la misión", dijo a la gente en su audiencia general semanal del 26 de abril.
Como parte de su serie de discursos sobre el "celo" por la evangelización, el Papa Francisco habló sobre las monjas y los monjes. Son "hermanas y hermanos que renuncian a sí mismos, renuncian al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la castidad, la obediencia y para interceder a favor de todos".
Son también grandes evangelizadores, dijo.
La gente podría preguntarse cómo los religiosos y religiosas que viven en monasterios y conventos ayudan al anuncio del Evangelio, dijo el Papa. "¿No harían mejor que usaran sus energías en la misión" evangelizando fuera del monasterio y en el mundo?
"En realidad, los monjes y monjas son el corazón palpitante del anuncio", dijo, y "su oración es oxígeno para todos los miembros del cuerpo de Cristo".
De hecho, dijo el Papa, la patrona de las misiones es una monja, Santa Teresa del Niño Jesús. Al escribir sobre el descubrimiento de su vocación, dijo: "Comprendí que la Iglesia tenía un corazón y que ese corazón estaba ardiendo de amor”.
"Mi vocación es el amor", escribió esta santa. "En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor".
Las monjas y monjes contemplativos, dijo el Papa, rezan y trabajan en silencio por toda la iglesia.
"Esto es el amor: es el amor que se expresa rezando por la iglesia, trabajando por la iglesia, en los monasterios", dijo. Este amor por todos "se traduce en su oración de intercesión".
"Entre monjes y monjas existe una solidaridad universal", dijo el Papa Francisco. "Cualquier cosa que sucede en el mundo, encuentra un lugar en sus corazones, y rezan".
Sus corazones son como "una antena", dijo. "Captan qué sucede en el mundo y reza e intercede por esto. Y así viven en unión con el Señor y con todos".
"Lloran por sus pecados -- todos somos pecadores -- y también lloran por los pecados del mundo, y rezan e interceden con las manos y el corazón hacia lo alto", afirmó.
"Ellos son la verdadera fuerza, la verdadera fuerza que lleva adelante al pueblo de Dios", dijo, rezando para que Dios bendiga a la Iglesia con "nuevos monasterios" y "monjes y monjas que lleven adelante a la Iglesia con su intercesión".