CIUDAD DEL VATICANO — Anhelar el pasado no salvará a las órdenes religiosas contemplativas de cerrar sus monasterios o de experimentar cambios en las vocaciones, dijo el Papa Francisco.

Discernir cómo adaptar las estructuras de una orden religiosa centenaria a la edad moderna "significa no confiar únicamente en estrategias humanas, estrategias defensivas, cuando se reflexiona sobre si un monasterio debe ser salvado o abandonado, sobre la vida comunitaria o sobre las vocaciones", dijo el papa a los superiores y otros delegados de los monasterios Carmelitas Descalzos que se reunían en Roma para revisar las constituciones de su orden.

"Las estrategias defensivas son el fruto de un retorno nostálgico al pasado; esto no funciona, la nostalgia no funciona", dijo.

Al dar la bienvenida al grupo al Vaticano el 18 de abril, el Papa Francisco instó a los Carmelitas Descalzos a adoptar en cambio una "esperanza evangélica" que "nos hace capaces de mirar hacia el futuro con las raíces que hemos recibido".

"Eso se llama preservar el carisma (con) la emoción de avanzar, y eso sí funciona", dijo.

Aunque la misión de los Carmelitas Descalzos seguirá siendo la misma, el papa pidió que los miembros de la orden, establecida en el siglo XVI, encuentren nuevas vías para fortalecer y guiar a otros hacia su carisma de contemplación.

Dijo que la orden tiene la tarea de "encontrar nuevos lenguajes, nuevos caminos y nuevos instrumentos para promover con mayor entusiasmo la vida contemplativa a la que el Señor los ha llamado a abrazar".

"Cuando un Carmelita trabaja bien, atrae, ¿no es así?", preguntó. "Es como una luz con moscas".

Al revisar sus constituciones —aprobadas por última vez en dos formas por San Juan Pablo II en 1990 y 1991—, los Carmelitas Descalzos no deben "proteger las cenizas" sino "alimentar un fuego" que caliente a la iglesia y al mundo, dijo el papa.

El Papa Francisco señaló que aunque este principio se aplica a la reestructuración de todos los institutos de vida consagrada, las órdenes religiosas de clausura tienen el desafío particular de manejar su separación del mundo en el proceso.

Sin embargo, el papa dijo que el "dinamismo de la contemplación" sirve como "una escalera que nos eleva a Dios no para separarnos de la tierra, sino para hacernos vivirla profundamente, como testigos del amor (que hemos) recibido".

Citando a la fundadora de la orden, Santa Teresa de Ávila, el Papa Francisco dijo que la unión mística de cada persona con Dios "transforma toda nuestra vida sin separarnos de las ocupaciones diarias ni sugerir una huida en cosas espirituales".

Al dedicar intencionalmente tiempo a la oración y al silencio, "la vida contemplativa no corre el riesgo de reducirse a una forma de inercia espiritual, que distrae (a uno) de las responsabilidades de la vida diaria", dijo, sino que "continúa proporcionando la luz interior para el discernimiento".