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La misión, los migrantes hacen que la Iglesia sea 'Católica', afirma cardenal

CIUDAD DEL VATICANO -- Compartir el Evangelio con el prójimo, acoger a los migrantes cristianos o partir hacia tierras extranjeras para compartir el amor de Dios a través de la caridad y la proclamación son expresiones concretas de la creencia de que la Iglesia es "católica" y de que Dios quiere salvar a todas las personas, afirmó el cardenal Luis Antonio Tagle.

La actividad misionera de la Iglesia católica "manifiesta claramente tanto la universalidad de la salvación como la catolicidad de la Iglesia", dijo el cardenal, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, a cientos de misioneros de docenas de naciones.

En una sala de conferencias llena de religiosas, sacerdotes y misioneros laicos, algunos de ellos con sus hijos pequeños, el cardenal inauguró el Encuentro Misionero Mundial el 4 de octubre, como parte del Jubileo de del Mundo Misionero.

La celebración del Jubileo, que se celebró el mismo fin de semana que el Jubileo de los Migrantes, incluyó una procesión nocturna del "rosario misionero" en la Plaza de San Pedro el 4 de octubre, una Misa con el Papa León XIV el 5 de octubre y la participación esa noche en el "Festival de los Pueblos", una celebración con canciones, bailes y testimonios sobre el tema "Migrantes y misioneros de esperanza entre los pueblos".

El cardenal Tagle dijo a los misioneros que "cuando hablamos de la catolicidad de la Iglesia en relación con la universalidad de la misión, no nos referimos a un simple concepto o ideal romántico".

La comunión de la Iglesia Católica, dijo, pretende ser "una catolicidad concreta, que involucra a pueblos concretos --que viven en culturas reales con sus propias historias, glorias, fortalezas, fracasos y limitaciones-- pero unidos en una sola fe".
El aprecio de las personas por sus países y culturas parece estar creciendo, dijo, y eso es "una gracia".

"Pero no somos ciegos ante la tendencia ideológica de afirmar la singularidad de un pueblo en oposición a otros", dijo. "La diversidad se convierte en una causa de división, no de enriquecimiento mutuo".

"Ser ‘local’ puede llevar al aislamiento", lo cual es anticatólico si infecta a las iglesias locales, dijo. Desgraciadamente, "a veces la etnia, la casta o la identidad nacional tienen más poder que el Evangelio del amor universal y la fraternidad".

"Ninguna iglesia local puede separarse de las demás por una falsa superioridad o una falsa inferioridad", dijo el cardenal Tagle. "Todas las culturas deben purificarse y alinearse con el Evangelio de Jesús a través de la docilidad al Espíritu".

Aunque la Iglesia es esencialmente misionera y toda persona bautizada está llamada a compartir el Evangelio, dijo, "nos apresuramos a quejarnos de la falta de vocaciones, pero tardamos en ver" a los nuevos misioneros que llevan el Evangelio a nuevas tierras o cuya fe está reviviendo la Iglesia en países tradicionalmente cristianos.

"Hay millones de migrantes, muchos de ellos cristianos, que buscan una vida más segura y pacífica", dijo, señalando el ejemplo de los miles de trabajadores migrantes filipinos y otros católicos que viven su fe mientras trabajan en los Emiratos Árabes Unidos.

El cardenal Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, Mongolia, describió la actividad misionera utilizando una frase acuñada por el arzobispo emérito Thomas Menamparampil, de Guwahati, India, quien dijo que la actividad misionera es "susurrar el Evangelio".

"Susurrar el Evangelio implica la profundidad, la complejidad y la belleza de la misión, especialmente la de la primera proclamación" del amor de Dios y de la salvación en Jesucristo, dijo el cardenal Marengo.

"La misión de la Iglesia es ofrecer siempre y en todas partes a cada persona la posibilidad de conocer a Cristo y su Evangelio", afirmó. "Este tesoro está destinado al corazón, es decir, a la parte más profunda y misteriosa de la persona. Por eso se susurra; es una acción delicada, requiere confianza y presupone una relación de amistad sincera".

La misión no consiste en "ganar conversos", cambiar las culturas locales o dominar las comunidades, dijo. Es el resultado del amor a Dios que se desborda en amor por todas las personas que Dios ha creado.

Ese amor, dijo el cardenal, está lleno de respeto por la dignidad de la persona y la riqueza de su cultura, que el misionero debe conocer.

"Susurrar el Evangelio al corazón de una cultura fomenta una evangelización discreta y atenta a los detalles, con la conciencia de que su dinamismo es de atracción más que de proselitismo", afirmó.

Cindy Wooden
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