CIUDAD DEL VATICANO -- La Iglesia católica y el mundo mismo necesitan los dones y las contribuciones de las mujeres, especialmente para unir a las personas y superar las tensiones y la violencia, escribió el Papa Francisco.

"Nuestra época está desgarrada por el odio; es un tiempo en el cual la humanidad necesita sentirse amada, pero en cambio, esta se ve frecuentemente marcada por la violencia, por la guerra y las ideologías que ahogan los sentimientos más hermosos del corazón", escribió. "Y es precisamente en este contexto, donde la aportación femenina es más indispensable que nunca".

El Papa Francisco preparó su texto para una audiencia con personas que participaban en una conferencia los días 7 y 8 de marzo, "Mujeres en la Iglesia: artífices de humanidad". Mientras el Papa se reunía con participantes en el Palacio Apostólico del Vaticano el 7 de marzo, hizo que un ayudante leyera su discurso.

La conferencia, organizada por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, fue patrocinada por varias universidades pontificias y coincidió con la celebración, el 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer.

Recalcando el ejemplo de 10 mujeres santas -- la mayoría, pero no todas, santas canonizadas --, los ponentes de la conferencia analizaron cómo las mujeres católicas han contribuido a la Iglesia y a la sociedad a través de su labor innovadora en la educación, la espiritualidad y la promoción de la paz o el diálogo. Los ejemplos incluyeron a Santa Elizabeth Ann Seton, Santa Kateri Tekakwitha, Santa Laura Montoya y Santa Teresa de Calcuta.

En distintas épocas y lugares, y "con estilos distintos", las diez mujeres "con iniciativas de caridad, de educación y de oración, han dado una prueba de cómo el 'genio femenino' puede reflejar, en modo único, la santidad de Dios en el mundo", decía el texto del Papa.

Y "porque la Iglesia es mujer: es hija, esposa y madre", escribió, "¿quién mejor que la mujer para revelarnos su rostro?"

El Papa Francisco pidió a los católicos que dejaran de lado cualquier actitud agresiva y divisiva y que ejercieran "un atento discernimiento, dóciles a la voz del Espíritu Santo y fieles en la comunión, a encontrar caminos adecuados para que la grandeza y el papel de las mujeres sean más valorados en el Pueblo de Dios".

Un aspecto importante de la vocación de las mujeres, escribió, es ser las "artesanas" a las que hace referencia el título de la conferencia. Ser artífices de humanidad es ser "colaboradoras del Creador al servicio de la vida, del bien común, de la paz".

Las mujeres saben "unir con la ternura", escribió el Papa. "Sin duda, la mujer, con su capacidad única de compasión, con su intuición y su tendencia natural a 'cuidar', sabe en modo sublime ser, para la sociedad, inteligencia y corazón, que ama y que une, llevando amor donde no lo hay, y poniendo humanidad donde al ser humano le cuesta encontrarse a sí mismo".

El Papa Francisco también aprovechó su texto para agradecer a las universidades pontificias que presenten a sus estudiantes las vidas y obras de las 10 santas y les pidió a ellas y a todas las universidades católicas que hagan todo lo posible para presentar a los alumnos "testimonios de santidad, sobre todo femeninos", que puedan inspirarles.