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La fe en Jesús trae sanación, esperanza y nueva vida, dice el Papa León

CIUDAD DEL VATICANO -- Ante la desesperación, la exclusión y la decepción, no teman recurrir a Jesús y orar por el poder sanador de su amor, dijo el leon xiv.

"Una enfermedad muy difundida en nuestro tiempo es el cansancio de vivir: la realidad nos parece demasiado compleja, pesada, difícil de afrontar", dijo a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para su audiencia general del 25 de junio. Era la última audiencia general pública que el Papa León tenía previsto dirigir hasta el 30 de julio.

"A veces nos sentimos bloqueados por el juicio de aquellos que pretenden colocar etiquetas a los demás", dijo, y las personas pueden verse tentadas a desconectarse, y añadió, "y entonces nos apagamos, nos adormecemos, con la ilusión que al despertarnos las cosas serán diferentes".

"Pero la realidad va afrontada, y junto con Jesús podemos hacerlo bien", concluyó.
El Papa centró su catequesis en dos relatos de milagros del Evangelio de San Marcos: el de la hija de Jairo que despierta de la muerte y el de la mujer que sana de una hemorragia que por años los médicos no pudieron sanarla.

Estos dos milagros revelan el poder sanador que nace de la fe en Jesús, afirmó el Santo Padre.

Estos dos relatos evangélicos "nos muestra que Él no solo sana toda enfermedad, sino que también despierta de la muerte", dijo, así que debemos acudir a él sin miedo.

"Para Dios, que es Vida eterna, la muerte del cuerpo es como un sueño. La muerte verdadera es aquella del alma: ¡de esta debemos tener miedo!", afirmó el Papa León.
Cuando Jesús resucita a la hija de Jairo, les dice a sus padres que le den de comer, lo cual transmite un mensaje importante para los padres de hoy, dijo.

"Podemos también entenderlo en sentido más profundo y preguntarnos: ¿cuándo nuestros muchachos se encuentran en crisis y tienen necesidad de nutrición espiritual, sabemos dársela? ¿Y cómo podemos hacerlo si nosotros mismos no nos nutrimos del Evangelio?", preguntó.

La mujer con hemorragias había sido condenada por otros a permanecer oculta y aislada, dijo. "A veces también nosotros podemos ser víctimas del juicio de los demás, que pretenden colocarnos un vestido que no es el nuestro. Y entonces estamos mal y no logramos salir de eso", añadió.

Pero ella es valiente, tiene fe y emerge de la multitud para tocar a Jesús, lo que resulta en su sanación, dijo. Otros entre la multitud que tocaron a Jesús no experimentaron una transformación similar por falta de fe.

"Quizás también hoy tantas personas se acercan a Jesús de manera superficial, sin creer de verdad en su potencia. ¡Caminamos la superficie de nuestra iglesia, pero quizás el corazón está en otra parte!", dijo el pontífice.

"Esta mujer, silenciosa y anónima, derrota a sus temores, tocando el corazón de Jesús con sus manos consideradas impuras a causa de la enfermedad. Y he aquí que inmediatamente se siente curada", dijo, porque, como le dijo Jesús: "Tu fe te ha salvado. Vete en paz".

"Queridos hermanos y hermanas, en la vida hay momentos de desilusión y de desánimo, y hay también la experiencia de la muerte. Aprendamos de aquella mujer, de aquel padre: vamos hacia Jesús", dijo.

"Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Jesús es nuestra esperanza!", concluyó

Carol Glatz
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Carol Glatz