CIUDAD DEL VATICANO -- El "don más hermoso" que la Iglesia Católica y sus miembros pueden dar al mundo es una razón para vivir con esperanza, dijo el Papa Francisco.

"El cristiano no puede contentarse con tener esperanza; también debe irradiar esperanza, ser un sembrador de esperanza", dijo el Papa en su audiencia general del 11 de diciembre.

Dirigiéndose a miles de visitantes y peregrinos en la sala de audiencias del Vaticano, el Papa dijo que estaba concluyendo la serie de audiencias que comenzó en mayo reflexionando sobre el papel del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia.

"El Espíritu Santo es la fuente siempre caudalosa de la esperanza cristiana", dijo el Papa, señalando la Carta de San Pablo a los Romanos, que dice: "Que el Dios de la esperanza los colme, creyentes, de todo gozo y paz, para que abunden en esperanza por la fuerza del Espíritu Santo".

"Si la Iglesia es una barca", dijo el Papa Francisco, "el Espíritu Santo es la vela que la impulsa y la hace avanzar en el mar de la historia, ¡hoy como ayer!".

Al final de su audiencia, el Papa también expresó sus esperanzas de paz y armonía en Siria tras la caída del presidente Bashar Assad.

Afirmando que seguía las noticias sobre Siria "en este momento tan delicado de su historia", el Papa Francisco rezó para que los sirios puedan establecer un nuevo gobierno sin más conflictos.

"Rezo, por intercesión de la Virgen María, para que el pueblo sirio pueda vivir en paz y seguridad en su amada tierra", dijo, "y para que las diferentes religiones puedan caminar juntas en amistad y respeto mutuo por el bien de esa nación, afligida por tantos años de guerra".

En su discurso principal, el Papa unió la esperanza del Adviento por la venida del Señor y el tema del próximo Año Santo, que es "Peregrinos de la esperanza".

Para los cristianos, dijo, "la esperanza no es una palabra vacía, ni nuestro vago deseo de que las cosas vayan bien: la esperanza es una certeza, porque se fundamenta en la fidelidad de Dios a sus promesas. Y por eso se llama virtud teologal: porque está infundida por Dios y tiene a Dios como garante".

La esperanza tampoco es "una virtud pasiva, que se limita a aguardar que las cosas sucedan", dijo el Papa. Más bien, "es una virtud sumamente activa que ayuda a que sucedan".

El Papa Francisco citó a un escritor anónimo que explicó que el Espíritu Santo, portador de esperanza, "es la fuerza que se da a los que no tienen fuerza. Él dirige la lucha por la emancipación y la plena realización del pueblo de los oprimidos".

Al mismo tiempo, dijo el Papa, la esperanza cristiana debe compartirse "con dulzura y respeto", como dice la Primera Carta de San Pedro, "porque no es tanto la fuerza de los argumentos lo que convencerá a las personas, sino el amor que sepamos poner en ellos. Esta es la primera y más eficaz forma de evangelización".

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Cindy Wooden