Este viernes el papa Francisco viajó a Asís ciudad de su tocayo por quinta vez en su pontificado para honrar a los más pobres e instar a que sean acogidos y atendidos por la Iglesia.

Francisco se tomó su tiempo para saludar a los niños y a algunas de las 500 personas desfavorecidas provenientes de toda Europa que distintas ONGs católicas llevaron a la ciudad de San Francisco para que pudiesen participar de este encuentro con el Papa, en honor a la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el domingo.

Casi al llegar, refugiado le regaló a Francisco un bastón y una capa de peregrino frente a la Basílica de Santa María de los Ángeles, que alberga la famosa capilla de la Porciúncula, cuna de la orden franciscana del homónimo del Papa, San Francisco de Asís.

Francisco saludó a niños discapacitados en la basílica y rezó en la capilla antes de escuchar los desgarradores testimonios de un puñado de personas, incluidos refugiados de Afganistán, que le hablaron de sus sufrimientos, viviendo en los márgenes de la sociedad.

"Es hora de que los pobres vuelvan a tener voz, porque durante demasiado tiempo sus demandas no han sido escuchadas", dijo el Papa en su discurso.

El pontífice hizo hincapié en la necesidad de una sincera acogida "y dejar entrar a los que llaman a la puerta de la casa y a la puerta del corazón" porque donde "hay miedo al otro, desprecio por sus vidas, entonces nace el rechazo".

El Papa criticó a quienes piensan que "son los pobres los responsables de la pobreza, con el fin de no hacer un serio examen de conciencia sobre sus propios actos, sobre la injusticia de ciertas leyes y las medidas económicas" y explicó que se trata de "la hipocresía de los que quieren enriquecerse a gran escala, echan la culpa a los más débiles".

Pidió que "se abran los ojos para ver el estado de desigualdad en el que viven las familias" y aseguró que "es hora de arremangarse para recuperar la dignidad creando puestos de trabajo".

"Es hora de volver a indignarse ante la realidad de los niños que pasan hambre, que son esclavizados, zarandeados por las aguas en medio de un naufragio, víctimas inocentes de todo tipo de violencia", añadió.

También clamó para que "la violencia contra las mujeres se detenga y que se las respete y no se las trate como mercancías".

"Es hora de romper el círculo de la indiferencia y descubrir la belleza del encuentro y del diálogo", agregó el pontífice.

Un grupo de refugiados afganos que fueron evacuados por el Ejército italiano tras la llegada de los talibanes, le pidieron al Papa y al mundo que no se olviden de Afganistán.

"Me llamo Farzaneh y soy de Afganistán, nacida y criada en una tierra que seguro conocen muy bien por su dolorosa historia. Nací en la insegura provincia de Ghazni y crecí en un ambiente patriarcal y misógino que bloqueó mis sueños y aspiraciones, lo que jugó una parte importante en mi vida", relató una estudiante afgana que pudo entrar en uno de los vuelos del Ejército italiano.

Y aunque dijo que se encuentra en Italia físicamente, afirmó que con su mente está "con las chicas de la residencia de la Universidad de Kabul que en estos días no pueden ir a la universidad, ni elegir por ellas mismas, ni ir comprar el pan o divertirse".

El Papa Francisco es fotografiado frente a la Porciúncula mientras saluda a un hombre que habló durante un encuentro con los pobres en la Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís, Italia, el 12 de noviembre de 2021. La visita fue en preparación de la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres. (Foto: CNS /Paul Haring)

"Espero y deseo que el mundo adopte un enfoque global para resolver este problema y no deje al pueblo afgano solo", pidió.

También habló ante el papa Abdul, un anciano afgano que llegó a Italia con su esposa, Salima.

"Estamos muy contentos de estar en Italia y agradecemos al gobierno italiano que nos haya salvado. Aquí, en Foligno, estamos bien y damos las gracias a Cáritas que nos ayuda con los documentos, la casa y todo lo que necesitamos", afirmó, antes de pedir ayuda para salvar a sus hijos, algunos de los cuales quedaron en Afganistán, mientras otro vive como refugiado en Turquía.

“Nosotros somos una familia que ha trabajado con el ejército italiano y estamos muy preocupados por ellos", añadió.

Con una serie de vuelos de evacuación, Italia salvó a unos 5.000 afganos que se encontraban en peligro luego de que los talibanes tomaran nuevamente control del país, tras la retirada del ejército estadounidense.

Durante un comentario improvisado, Francisco también saludó al arzobispo emérito de Lyon, Francia, el cardenal Philippe Barbarin, que asistió al servicio acompañando a un grupo de peregrinos franceses. Barbarin renunció a su cargo después de que un tribunal francés lo condenara por encubrir a un sacerdote pederasta, pero su sentencia fue anulada en apelación.

Francisco dijo que Barbarin sabía bien lo que era "sufrir con dignidad la experiencia de la pobreza: del abandono, de la desconfianza."

"Se defendió con el silencio y la oración", dijo Francisco, mientras un Barbarin claramente emocionado escuchaba desde los bancos. "Gracias cardenal Barbarin por su testimonio que edifica a la Iglesia".

Al terminar el encuentro, los pobres fueron agasajados con un almuerzo ofrecido por el arzobispado de Asis.