Hace tres años, en el Domingo de Resurrección, una serie de atentados enlutaron al pueblo de Sri Lanka.
Este lunes, peregrinos de este país liderados por el cardenal Malcolm Ranjith de Colombo, se encontraron con el papa Francisco. Entre los presentes había varios sobrevivientes de las explosiones que tuvieron lugar en dos iglesias católicas, una evangélica, y un hotel en 2019.
"Ante el horror y el absurdo de ciertos actos, que parecen imposibles de ser cometidos por los hombres, se hace evidente la obra del Maligno. Y así entendemos por qué el Hijo de Dios, el Inocente, el Santo, el Justo, tuvo que morir crucificado,” les dijo Francisco.
Cristo “tomó sobre sí no sólo la muerte, sino la crueldad del mal, del odio, de la violencia fratricida".
“El motivo que los ha convocado aquí es el aniversario de los trágicos eventos que, en el día de Pascua de 2019, han sembrado muerte y terror en Sri Lanka”, les dijo el papa Francisco este lunes, en la Basílica de San Pedro.
Esrilanqueses de toda Italia se sumaron a la peregrinación a la tumba de San Pedro.
“Es un gesto de fe y es también un lindo testimonio. Les agradezco por esto”, dijo el Papa
Francisco también les dijo que la Cruz de Cristo y su Resurrección “son una luz de esperanza en la más densa oscuridad. Recemos hoy por todas las víctimas de la violencia y la guerra, especialmente del terrorismo”.
Antes de concluir el encuentro, el pontífice apeló a las autoridades para que "por favor y por el bien de la justicia, por el bien de su pueblo, se aclare de una vez por todas quiénes fueron los responsables" de los atentados de Semana Santa de 2019.
Entre los que viajaron a Roma con el cardenal Ranjith estaba Gloria George, una joven que perdió a su padre en los atentados: “Fue un asesinato en frío previamente planificado. Estamos aquí porque nuestro gobierno nos negó la justicia”, dijo a Ángelus el lunes, después del encuentro con el Papa.
Busca justicia para su padre, dijo, porque esta convencida que saber “por qué” murió le dará paz, y le permitirá perdonas a los asesinos, aunque sabe que nunca va a olvidar ese fatídico día.
George destacó que, después de que su padre muriera en sus brazos, “dijo a los medios de comunicación internacionales que no existe Dios.”
Sin embargo, desde entonces ha vuelto a Misa, y sigue firme en su fe, porque “ahora entiendo que Dios es la razón por la que estoy aquí”.
En los atentados murieron 269 personas, y otras 500 resultaron heridas.
“Nosotros no sabemos aún porque ni quien llevo a cabo este atentado, atribuido a un grupo de radicales islámicos”, dijo Ranjith a un grupo de periodistas en Roma. “Pero hay indicaciones de que había un complot político detrás de los atentados. Queremos la verdad, y como la verdad no sale a la luz, y el gobierno actual dificulta el esclarecimiento del caso, nosotros decidimos salir de Sri Lanka para continuar con nuestra campana, pidiendo verdad y justicia”.
El prelado dijo que es posible que el gobierno busque crear tensiones entre musulmanes y cristianos y entre musulmanes y budistas.
Hay indicios que dicen que el grupo islámico que perpetró el atentado fue pagado por el gobierno, y que alguien les proporcionó los explosivos.
“La Iglesia no está en peligro, pero si los derechos de las personas”, dijo Ranjith. “El gobierno hizo las cosas tan mal que hoy hay muchísimas familias que no tienen para comer, que viven en pobreza extrema. Por eso le pedimos a la comunidad internacional que nos ayude, y que no apoye a este gobierno dictatorial.”
Pedimos una investigación internacional trasparente, porque queremos saber quién estuvo detrás de este grupo islámico. Por eso el papa, fuera del texto, apelo al gobierno de Sri Lanka. El Papa es muy valiente, y siempre cercano a los que sufren.
“Es posible que el mundo se olvide de lo que pasó en Sri Lanka, porque la guerra de Europa está más cercana”, dijo Ranjith. “Pero no podemos permitirlo. Nosotros también necesitamos justicia”.