ROMA – A través de su cuenta de Twitter, el Papa Francisco este martes expresó su dolor ante las tragedias de los migrantes en Texas y en Melilla.


Al menos 46 migrantes fueron encontrados muertos en la parte trasera de un camión con remolque en San Antonio, Texas, este lunes. Doce adultos y cuatro niños fueron encontrados con vida en el lugar de los hechos y fueron trasladados al hospital por agotamiento e insolación.

Las temperaturas en San Antonio superaron los 103 grados Fahrenheit el lunes, y las personas encontradas dentro del remolque no tenían acceso a agua.

Aunque las autoridades no especificaron las nacionales de los fallecidos ni el número de menores que viajaba en el vehículo, sí se sabe que se trataba de migrantes que habían cruzado la frontera entre México y Estados Unidos hacinados en el camión.

El descubrimiento marca la mayor pérdida de vidas de migrantes que intentan cruzar la frontera entre Estados Unidos y México conocida por las autoridades.

La policial de San Antonio precisó que la primera llamada que recibieron las autoridades fue en torno a las 18h, cuando el trabajador de una obra cercana "escuchó un grito pidiendo ayuda" y "vino a investigar". Una vez en el lugar, el hombre "encontró las puertas del tráiler parcialmente abiertas". Al abrirlas un poco más "vio varias personas fallecidas dentro".

Para el arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, este drama pone de manifiesto “la falta de valentía para hacer frente a la reforma migratoria está matando y destruyendo vidas. No aprendemos. Dios nos enseñe a cambiar. La humanidad está en juego constantemente. Oramos, amamos, confiamos. ¡Danos fuerza! Queremos hacer tu voluntad".

Por otra parte, al menos 23 inmigrantes murieron y otros resultaron heridos el viernes cuando una gran multitud intentó cruzar a España desde el enclave norteafricano de Melilla, según informan las autoridades del vecino Marruecos.

Algunos de los que murieron se habían caído desde lo alto de la valla fronteriza, que fue condenada en el pasado por el papa Francisco en el 2019, durante su conversación con periodistas de regreso de su viaje a Marruecos.

Despues de ver una foto de la alambrada con cuchillas que se separan los enclaves de Ceuta y Melilla de España, Francisco dijo haberse conmovido y llorado.

"Lloré porque no entra en mi cabeza, en mi corazón, tanta crueldad, o ver ahogarse en el Mediterráneo, en lugar de convertir los puertos en un puente", dijo Francisco durante el vuelo.
"Ese alambre con cuchillas, no me lo podía creer", repitió el Pontífice. "Los constructores de muros, sean de alambre con cuchillas o de ladrillos, serán prisioneros de los muros que realizan, esta será su historia".

El pasado viernes, varios miembros del personal de seguridad y migrantes fueron ingresados en un hospital de Ceuta para recibir tratamiento tras los enfrentamientos ocurridos durante la madrugada.

Las autoridades españolas afirman que varios centenares de personas intentaron entrar en el enclave tras cortar la valla, y que, si bien la mayoría fueron obligadas a retroceder, más de 100 lograron pasar y están siendo procesadas en un centro de recepción.