Hablando a los organizadores del Congreso Eucarístico Nacional, el Papa Francisco lamentó que hoy en día, entre los católicos, muchos piensan que la eucaristía es un “símbolo” y no la presencia y el amor del Señor.
“La Eucaristía es la respuesta de Dios al hambre más profunda del corazón humano, el hambre de vida auténtica, porque en la Eucaristía Cristo mismo está realmente en medio de nosotros, para alimentarnos, consolarnos y sostenernos en nuestro camino”, dijo Francisco este lunes a un grupo de obispos y laicos de Estados Unidos.
“Lamentablemente, hoy en día hay entre los fieles católicos quienes creen que la Eucaristía es más un símbolo que la realidad de la presencia y del amor del Señor”, continuo el Papa. “Es más que un símbolo: es la presencia real y amorosa del Señor”.
Francisco también expreso su deseo de que el Congreso eucarístico a los católicos de Estados Unidos a redescubrir el sentido de asombro y admiración ante el gran don de si mismo del Señor y a pasar tiempo con Él en la celebración de la Santa Misa y en la oración y adoración personales ante el Santísimo Sacramento.
“Hemos perdido el sentido de la adoración en nuestros días”, dijo el Papa. “Debemos redescubrir el sentido de la adoración en silencio. Es una forma de oración que hemos perdido. Muy poca gente sabe lo que es.”
El Congreso Eucarístico Nacional tendrá lugar del 17 al 21 de julio de 2024 en el Estadio Lucas Oil, en Indianápolis. Se trata del cierre de un proceso de renovación eucarística de tres años, y se espera que unas 80,000 personas de todo el país participen del evento. Si bien es el décimo congreso eucarístico de los Estados Unidos, se trata del primero en 83 años.
Entre los que participaron del encuentro con Francisco el lunes se encuentran Mons. Andrew H. Cozzens, obispo de la diócesis de Crookston y Presidente del Consejo del Congreso Eucarístico, y Tim Glemkowski, Director Ejecutivo del evento.
El Papa también dijo a los presentes que confía que el congreso será una ocasión para que los fieles se comprometan a ser “discípulos misioneros del Señor Jesús en el mundo”.
“En la Eucaristía encontramos a Aquel que lo ha dado todo por nosotros, que se ha sacrificado para darnos la vida, que nos ha amado hasta el extremo”, dijo Francisco. “Nos convertimos en testigos creíbles de la alegría y la belleza transformadora del Evangelio sólo cuando reconocemos que el amor que celebramos en este sacramento no puede guardarse para nosotros mismos, sino que exige ser compartido con todos”.
“Este es el sentido del espíritu misionero: Vas a la celebración de la Misa, recibes la comunión, adoras al Señor y luego, ¿qué haces? Sales a evangelizar”, dijo Francisco. “La Eucaristía nos impulsa a un amor al prójimo fuerte y comprometido. Porque no podemos comprender ni vivir verdaderamente el sentido de la Eucaristía si nuestro corazón está cerrado a los hermanos, especialmente a los pobres, a los que sufren, a los que están cansados o a los que se han extraviado en la vida. Me vienen a la mente dos grupos de personas que debemos buscar siempre: los ancianos, que son la sabiduría de un pueblo, y los enfermos, que son la imagen de Jesús sufriente”.