ROMA - En un mensaje enviado a una conferencia este jueves, el Papa Francisco se refirió a los abusos sexuales como "una cultura de la muerte" que sólo puede ser erradicada mediante la acción sistémica de una alianza compuesta por varias partes.

Ninguna acción será demasiado pequeña cuando se trata de crear una cultura capaz de prevenir el abuso, su encubrimiento y perpetuación, escribió Francisco, y la Iglesia hoy está experimentando un proceso de conversión que comienza "desde abajo, como expresión de la participación del Pueblo de Dios en el camino de la conversión personal y comunitaria".

Esta conversión, escribió, es la que la Iglesia está llamada a emprender urgida "por el dolor y la vergüenza de no haber sido siempre buenos custodios, protegiendo a los menores que se nos confían en nuestras actividades educativas y sociales”.

"Este proceso de conversión requiere urgentemente una formación renovada de todos los que tienen responsabilidades educativas y trabajan en ambientes con menores, en la Iglesia, en la sociedad, en la familia", dijo el Papa. "Sólo así, con una acción sistemática de alianza preventiva, será posible erradicar la cultura de la muerte que es portadora de toda forma de abuso, ya sea sexual, de conciencia o de poder."

El Papa envió un mensaje escrito a una conferencia que se celebra en Roma este jueves bajo el título " Promover la protección de Menores en el tiempo del Covid-19 y más allá". Está organizada por la Comunidad Papa Juan XXIII Acción Católica Italiana y el Centro Deportivo Italiano, en colaboración con el Centro de Victimología y Seguridad de la Universidad de Bolonia.

El seminario tuvo lugar tanto en persona como en línea, y fue cofinanciado por la Unión Europea. Estaba dirigido a las organizaciones religiosas italianas para ayudarles a integrar una política de protección de menores como primera herramienta de prevención contra todas las formas de abuso, y ofrecerles formación para reconocer, denunciar y prevenir los abusos. Uno de los ponentes fue el cardenal Sean O'Malley, de Boston, jefe de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores.

El Papa también escribió que si el abuso es una traición a la confianza "que condena a muerte a quienes lo sufren y genera profundas grietas en el contexto en el que se produce, la prevención debe ser un camino permanente".

Para los adultos, escribió Francisco, esto significa fomentar la expresión de los talentos de los niños, respetando su libertad y dignidad, oponiéndose “con todos los medios a las tentaciones de seducción e inducción, que sólo aparentemente pueden facilitar las relaciones con las generaciones más jóvenes”.

Por último, el pontífice dijo que es un motivo de esperanza el número de jóvenes que han participado en el seminario, pero también los que han recibido formación en el marco de la colaboración entre las distintas organizaciones en el proyecto "Safe". Son ellos, dijo, los que piden a la Iglesia que dé un paso decisivo de renovación ante las "heridas de los abusos que se encuentran en sus compañeros".

Instó a los jóvenes a seguir denunciando "con valentía" las situaciones de abuso; a los adultos a seguir trabajando su credibilidad a través de la coherencia responsable de su testimonio; y a las asociaciones de laicos a perseverar en la formación en "corresponsabilidad, diálogo y transparencia."

“Que la Protección de los Menores se convierta cada vez más en una prioridad ordinaria de la actividad educativa de la Iglesia; que sea la promoción de un servicio abierto, fiable y autorizado, en firme contraste con toda forma de dominación, desfiguración de la intimidad y silencio cómplice”, escribió Francisco.