CIUDAD DEL VATICANO -- Un ex funcionario del Vaticano, que enfrenta cargos de extorsión y abuso de poder relacionado con un controvertido acuerdo inmobiliario en Londres, expresó que actuó en obediencia y que no tomó decisiones sin la aprobación de su superior directo, el arzobispo Edgar Peña Parra.

Monseñor Mauro Carlino, quien se desempeñó como secretario del entonces arzobispo Angelo Becciu, cuando Becciu se desempeñaba como sustituto para asuntos generales del Vaticano -- el tercer puesto más alto en la Secretaría de Estado del Vaticano -- y el arzobispo Peña Parra, el actual sustituto, asumieron el estrado en un juicio en el Vaticano el 30 de marzo.

Desde que se presentaron los cargos en su contra el año pasado, monseñor Carlino manifestó al tribunal: "He vuelto la mirada a la cruz. Me he preguntado varias veces: ¿Qué mal he hecho? He obedecido. Y en la obediencia creo que he hecho la voluntad del Señor".

"La obediencia a los superiores ha caracterizado mi existencia", acotó.

Monseñor Carlino se encuentra entre los 10 acusados, incluyendo el cardenal Becciu, que enfrentan cargos derivados de una investigación del Vaticano sobre cómo la Secretaría de Estado usó 200 millones de dólares para financiar un proyecto de desarrollo inmobiliario en el elegante distrito londinense de Chelsea.

El arzobispo Peña Parra no está entre los acusados.

La inversión inicial del Vaticano en la propiedad se realizó mientras el entonces arzobispo Becciu trabajaba en la Secretaría de Estado; más tarde, bajo el arzobispo Peña Parra, el Vaticano se movió para comprar una participación mayoritaria de la propiedad. Al final, el trato le costó al Vaticano millones de dólares.

En su testimonio, monseñor Carlino dijo que, a lo largo de su sacerdocio y trabajo en el Vaticano, había "tratado de ser fiel a la palabra (de Dios) y al Evangelio".

"Traté de ver en cada persona, en cada documento, en cada pedido, en cada instancia, la presencia del Señor y traté de transmitir ese Evangelio que necesita correr por las calles del mundo", señaló.

El ex funcionario del Vaticano sostuvo que no sabía del proyecto inmobiliario de Londres hasta enero de 2019, cuando el arzobispo Peña Parra le encargó "interactuar, dialogar, y mantener relaciones con" Gianluigi Torzi, un empresario italiano que se desempeñó como intermediario en la adquisición del Vaticano de una participación mayoritaria de la propiedad.

Torzi también enfrenta varios cargos, incluyendo extorsión al Vaticano por $17 millones como pago por la participación mayoritaria y por su papel en la negociación del acuerdo.

Monseñor Carlino dijo al tribunal que el arzobispo Peña Parra "me pidió tres cosas: fidelidad, obediencia, y discreción. Estas tres indicaciones me las dio por una razón clara: porque yo no iba a actuar de otra manera".

"No soy un experto en administración, nunca he tratado con bienes raíces, mi currículum vitae lo atestigua. Soy sacerdote", explicó.

Monseñor Carlino dijo que recibió instrucciones de mantener contacto con Torzi "de manera gentil" y servir como línea de comunicación entre el intermediario, el arzobispo Peña Parra, y varios consultores.

"Ese era mi trabajo y no fue más allá de eso", expuso.

Monseñor Carlino indicó que el arzobispo Peña Parra estaba en constante comunicación con el papa Francisco sobre las negociaciones con Torzi y que ambos estaban satisfechos con la conclusión del trato.

El arzobispo, continuó diciendo, invitó a monseñor Carlino y a Fabrizio Tirabassi -- un ex funcionario de la Secretaría de Estado, quien también enfrenta cargos por corrupción, extorsión, malversación, fraude, y abuso de poder -- a cenar a un restaurante en Roma.

"Cuando Tirabassi se puso de pie para pagar, (el arzobispo Peña Parra) dijo: 'No, yo lo pago porque lo ofreció el Santo Padre'".

Antes de que monseñor Carlino hablara ante la corte, Giuseppe Pignatone, presidente de la corte, leyó una declaración del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, anunciando que el cardenal Becciu recibió una dispensa de mantener el secreto pontificio.

En la sesión del juicio del 17 de marzo, el cardenal Becciu dijo que estaría dispuesto a testificar, particularmente con respecto al rol de la también acusada Cecilia Marogna, si la Secretaría de Estado del Vaticano lo liberara de su obligación de mantener confidencialidad.

Se espera que el cardenal Becciu continúe respondiendo preguntas de la corte el 6 de abril.

Los abogados continuarán interrogando a monseñor Carlino 5 de abril. René Brülhart y Tommaso di Ruzza, ex presidente y ex director de la agencia de vigilancia financiera del Vaticano, respectivamente, también están programados para testificar en la corte ese día.

Brülhart enfrenta cargos por abuso de autoridad, mientras que di Ruzza fue acusado de malversación de fondos, abuso de autoridad, y violación del secreto de la oficina.